Whatsapp nunca puede descansar tranquila. Lo mismo que sus usuarios. Sobre todo desde que saben que esas conversaciones borradas (bien por motivos comprometidos o simplemente porque forman parte de una larga e incómoda lista que conviene reducir de manera apremiante) no desaparecen del todo aunque se hayan dado los pasos correspondientes para ello. Un hecho descubierto por Jonathan Zdziarski que pone en entredicho (y no sabemos por la vez que vamos ya) la seguridad de las aplicación de mensajería instantánea.
El programador destapó, como bien comentaba (primero en su blog y luego a The Verge), que a pesar de suprimir cada línea que hemos, o nos han escrito, en Whatsapp, siempre quedan retazos de éstas flotando a la espera de que una persona, con un móvil, y los conocimientos pertinentes, los recupere para su uso (positivo o negativo). Esto significa, en resumen, que el usuario, y dueño, perdería el acceso (y control) a las mismas, al igual que la propia compañía la cual, con el cifrado de extremo a extremo, carece de opción de alguna a la hora de llegar a estos datos. Así, todo queda en poder de terceros, con la única solución fiable, en palabras de Zdziarski, de eliminar la app del móvil de manera definitiva.
¿El culpable de este problema? Whatsapp. Más en concreto una librería específica (SQLite) que habitualmente no sobreescribe los datos aunque, en este caso, se salta la norma. ¿Las consecuencias? Los más afectados serán los usuarios de Apple, ya que iOS, mediante iCloud, realiza una copia en la nube de todo el material (que sufre el mismo problema) y al que hay acceso libre ya que éste no las cifra. Eso no significa que los consumidores de Android puedan respirar tranquilos. Solo que tienen menos opciones. Por último, el experto también ha querido aclarar que ha encontrado el mismo fallo en otras mensajeras como IMessage. Solo Signal pone remedio a esto, permitiendo erradicar cada conversación hasta el último punto. Si todo es ponerse…
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