El fantasma de las terceras elecciones sigue agitándose desde diferentes círculos políticos. Incluso en diferentes medios de Comunicación ya se han publicado algunos detalles del nuevo calendario electoral, el tercero en menos de un año. Si el 23 de agosto no hay investidura los nuevos comicios se convocarán para el 25 de diciembre de 2016 o el 1 de enero de 2017. En cualquier caso y a pesar de que todo apunta a un apocalipsis político y económico, hay algunos directivos que se verían beneficiados de esta parálisis institucional.
Nos referimos a la cúpula de RTVE, la cadena pública de televisión. El 22 de octubre de 2014 el Consejo de Administración de la Corporación nombraba a José Antonio Sánchez como nuevo Presidente, un mandato en principio solo para un año, considerando que a finales de 2015 debían producirse Elecciones a la Presidencia de Gobierno. No obstante, todo el calendario político se trastocó al no producirse un acuerdo entre los principales partidos políticos.
En el medio Sánchez nombró a un nuevo director de TVE tras la renuncia de José Ramón Diez. En marzo asumía Eladio Jarreño, quien dos meses después –en mayo- revolucionaba su cúpula directiva nombrado a un equipo a su medida, a un mes de las segundas elecciones convocadas para el 26 de junio. En esos momentos os contamos desde prnoticias que Moncloa y el Partido Popular habían instado a Eladio Jareño a que formara su propio equipo en TVE confirmándole que su cúpula se mantendría inalterable si ganaban las Elecciones Generales del 26 de junio. Es más, le habían pedido que este equipo funcionase como si estuviesen confirmados para toda la temporada y siguientes, dentro de lo que le permitiera el actual presupuesto de la Corporación RTVE.
En el PP se apresuran a afirmar en privado que a diferencia del Gobierno, RTVE no está en funciones. Su presiente fue ratificado por el Congreso en octubre de 2014, es decir hace menos de dos años, por lo cual, y hasta que el propio Congreso diga lo contrario, tiene todas las facultades para seguir gestionando la Corporación. Lo mismo pasa con Jareño, nombrado en marzo a quien se le pidió que formara su propio equipo para sacar adelante la televisión pública.
RTVE podría preparar su parrilla con tranquilidad si hay Elecciones
El PP ha ganado, pero no ha podido formar Gobierno por lo cual de momento se mantiene todos los plazos congelados. De esta manera, si es que se produce el milagro de que el PP logre los apoyos necesarios para la investidura de Rajoy el Congreso estará constituido como pronto en septiembre y el Gobierno podría tardar algún mes más, por lo que los tiempos mínimos que se manejan en TVE es que este equipo directivo dure como mínimo hasta diciembre, con la posibilidad cierta y comprometida de que se confirmen sus directivos por cuatro años más.
En el caso de que Rajoy no logre acuerdo, la situación no sería muy diferente aunque RTVE ganaría una inesperada tranquilidad. Las nuevas elecciones serían convocadas para diciembre o enero próximos retrasando en seis meses todo el calendario de nombramientos de RTVE. Con ello, RTVE gana tiempo y podrá preparar la parrilla de la próxima temporada sin presiones políticas ni eventuales cambios estructurales que puedan truncar los planes de Sánchez y Jareño.
Con el actual sistema de elección del Presidente de RTVE solo se necesita mayoría simple del PP para ser elegido en segunda ronda de votaciones. Del mismo modo, se necesita casi una unanimidad del Congreso para cambiar esta Ley. Si se queda Sánchez, se queda Jareño, y si se queda Jareño, todo el nuevo equipo que ha fichado. Ese es el compromiso del PP, y con ese compromiso desde hoy ya se ha puesto a trabajar en la parrilla del segundo semestre.
La SEPI califica de crítica la actual situación de RTVE
Los medios de Comunicación han hecho público hoy –y por segunda vez en menos de tres semanas- el informe que la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) remitió el pasado mes de julio y que fue debatido en el Consejo de Administración de la Corporación. En él se analiza descarnadamente el actual estado del canal y del duopolio de Atresmedia y Mediaset. El informe indica que TVE no ha sabido adaptarse a las nuevas tecnologías, a los competidores digitales y que su estructura operativa está altamente desfasada y desajustada en relación a las privadas.
La SEPI, dueña del 95% de RTVE, vuelve a insistir en los pobres resultados económicos del Grupo que perdió 37 millones en 2015 frente a los monumentales beneficios de las cadenas privadas. En esta línea sugieren “la puesta en marcha de un nuevo plan estratégico y de futuro, que solvente las graves dificultades por las que pasa la corporación”.
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