“Que la comunicación interna está considerada como el patito feo de la comunicación es una realidad”. Así comienza un post publicado en el blog de la agencia de Comunicación Trescom que firma Sara Gonzalo y que reflexiona acerca de la comunicación interna en las empresas, a menudo olvidada en las estrategias de comunicación de las mismas. Trescom considera que “montar un evento, divulgar contenido atractivo a través de los medios de comunicación, gestionar las redes sociales, etc… A todo ello se le suele dar un papel protagonista y, en consecuencia, un mayor presupuesto dentro de las empresas”.
“El nacimiento de las redes sociales”, explica Gonzalo “ha provocado un cambio importante en la forma de hacer comunicación interna en las empresas. Hoy en día, es más fácil que nunca conectar a la plantilla y fomentar una comunicación fluida dentro de las organizaciones”.
En este sentido, humanizar a las personas “alejándolas de objetivos o competitividades” se convierte en una necesidad para las empresas. “Es evidente que los compañeros de trabajo, a pesar de ser sólo eso, tienen un papel relevante en nuestras vidas, porque al final pasamos más tiempo con ellos que con nuestras propias familias. Increíble pero cierto”, apuntan desde Trescom.
“Hoy no podemos olvidar que todo es comunicación. Una imagen, comunica. Un gesto, comunica. Una forma de trabajar, comunica. Es más, es imposible no comunicar”, prosigue Gonzalo. “Más aún cuando hablamos de empleados, es decir, de opiniones y subjetividades. Porque ellos son los principales prescriptores de nuestra marca. Si una empresa es moderna, exitosa, generosa, divertida o aburrida, se transmite gracias a los empleados y a sus iniciativas. No hay más. Algunas empresas ya lo tienen claro…”, indica la autora.
Sara Gonzalo también proporciona una valiosa recomendación: “Es importante invitar a las empresas a no ser ese patito feo. Pero no de la empresa, sino de su sector, de su industria o, incluso, de su ciudad o país. Hay que buscar la diferenciación. Y esta puede venir de la mano de la comunicación interna, que puede generar un poder absoluto despertando aspectos como el orgullo de pertenencia o la felicidad en el trabajo”.
“La sociedad pide vivir de experiencias. De ser diferente, de sentirse único y especial. Nada puede pasar desapercibido, no puede basarse en recibir una simple información, las personas quieren ver, disfrutar, experimentar. Porque al final lo que hay que conseguir es que el empleado sienta algo. No recordará el dato concreto, recordará lo que sintió. ¿Y sabes cómo se consigue eso? Con creatividad e ilusión. Empieza por sentir para luego transmitir”, concluye el post de la agencia de Comunicación Trescom.
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