Han pasado poco más de 24 horas desde que el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III confirmase que los resultados de las analíticas de los dos pacientes que se habían sometido a estudio para determinar si padecían fiebre hemorrágica de Crimea-Congo eran positivos. Esas 24 horas han sido clave para contener la crisis que cualquier diagnóstico de esta magnitud puede llegar a generar a las administraciones sanitarias. Ocurrió con el ébola hace justamente dos años. Entonces se cometieron graves errores en la gestión de la comunicación de crisis, pero ni la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ni el Ministerio de Sanidad han permitido que estos volviesen a repetirse.
Inmediatamente después de que se conocieran los dos casos de fiebre hemorrágica Crimea-Congo, los primeros diagnosticados en España, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid convocaba una rueda de prensa para dar a conocer toda la información que se tenía al respecto, solventar las dudas de los medios de comunicación sobre la adopción de medidas preventivas y el protocolo sanitario a seguir en estos casos, y para “transmitir un mensaje de tranquilidad”, como indicó Jesús Sánchez Martos. El consejero de Sanidad de la CAM aseguró que “no hay motivo de alarma en absoluto. Está todo controlado”.
Todo está controlado, hasta la periodicidad con la que se va a satisfacer la demanda de información de los medios. “Se informará diariamente de la evolución de la paciente y de las 190 personas que han tenido contacto”, prometía Sánchez Martos. El Consejero de Sanidad estuvo acompañado durante esta comparecencia por Yolanda Fuentes, directora general de Salud Pública; y por César Pascual, director general de Coordinación de Asistencia Sanitaria. Cada uno de ellos ha atendido las cuestiones propias de sus responsabilidades inspirando transparencia y sin romper la armonía comunicativa tan necesaria a la hora de que una estrategia de crisis tenga éxito.
Los expertos en comunicación de crisis detallan que los puntos que se deben tener en cuenta son: ofrecer toda la información disponible con transparencia y veracidad, designar portavoces expertos y adecuados, evitar rumores y mensajes contradictorios que generen alarmismo, respetar la intimidad de los afectados, de su familia y de su entorno, e informar con puntualidad, transparencia y datos actualizados. Con esta estrategia la Consejería de Sanidad se ha adelantado a cualquier filtración de información, ha evitado la proliferación de bulos y ha conseguido que la administración no volviese a ir a remolque de las noticias que aparecen en los medios de Comunicación, como ocurrió en la gestión de la crisis del ébola.
Ahora queda por ver cómo acoge las sugerencias de los profesionales sanitarios. Por lo pronto, el Colegio de Médicos de Madrid ha urgido al Ministerio de Sanidad a que realice un estudio epidemiológico de los vectores que transmiten el virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC). “Es necesario actualizar el informe de situación y evaluación del riesgo de transmisión realizado en España en 2011 para que los profesionales sanitarios tengan toda la información necesaria”, asegura Belén Padilla, vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid y médico adjunto del servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital Gregorio Marañón.
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