Instagram, como bien os comentamos, se ha convertido en la plataforma de difusión social preferida por un gran número de influencers. Sin embargo, lo que no habíamos analizado, y para ello estamos aquí, son las posibilidades, muchas en algunos casos, remotas en otros tantos, que tienen de conseguir monetizar el trabajo que les supone estar, a diario, actualizando sus perfiles (bien con una simple foto o con acciones más complejas).
En manos de nuestros seguidores de Instagram
Lo primero de todo, y como ocurre con todas las Redes Sociales actuales, no podemos obtener ingresos en Instagram sino gozamos de seguidores. Como bien nos comenta nuestro experto, Phillipe González: “La audiencia, como en cualquier otra plataforma de comunicación, es lo que manda”. Esto viene a significar que: “Si no tienes un mínimo de seguidores, no podrás ni pretender vivir de ello”.
Como en todo, puede haber excepciones. Entre ellas se encuentran esos “influencers” que, sin tener mucha repercusión en esta plataforma en concreto, consiguen beneficios gracias al papel dominante en otras: “Un usuario puede tener muchos seguidores en su blog, y Twitter, vivir de Instagram por lo que supone su “audiencia agregada” en todas las redes“. Eso sí, si no gozas de ello, y quieres ser, lo que Phillipe llama “un influencer 100% Instagram”: “Necesitas más de 200.000 o 300.000 ‘followers’ para poder vivir de ello, como mínimo. Además, debes relacionarte bien con la industria de la comunicación, la publicidad y trabajar bien”.
Monetizando nuestros contenidos en Instagram
Teniendo en cuenta esto, no son todos los que intentan rentabilizar Instagram los que lo consiguen. Sólo unos pocos afortunados tienen la suerte de poder dedicarse íntegramente a ella porque les aporta los ingresos suficientes para vivir. Éstos, como hemos dicho, van relacionados: “Con la audiencia y con la repercusión que tenga una campaña en la que se participe”. Hablamos de: “El poder de “mover” el lanzamiento de un producto o de dar a conocer una marca marca el nivel de ingresos”. Un hecho para el que las marcas seleccionan, tras una búsqueda exhaustiva: “A la persona o las personas más adecuadas. Tras esto, llegan a un acuerdo previo en base a un número de fotos o videos a compartir”. Esto viene a decir que: “No hay un precio de mercado y depende del interés por ambas parte en colaborar”.
También, aunque no es lo habitual, existe la opción de que no se busque dinero como pago: “Existe un movimiento importante de colaboraciones a cambio de “experiencias”. Nuestro experto lo ha vivido: “Me fui a cubrir grandes premios, de Fórmula 1 y de MotoGP, pudiendo acceder a los boxes, sacar fotos del momento con cierta exclusividad y conocer a campeones del mundo sin pedir dinero a cambio”. Sea como fuere, la vía que nos abre las puertas de la profesionalización sería la primera, siempre y claro, y no viene mal recordarlo: “Tengas audiencia y te dediques a promocionar tu faceta de influencer. Además, debes cuidar tus contactos con las marcas y agencias que las representan y trabajar con seriedad y coherencia”.
Larga vida a Instagram
La carrera de un ‘influencer’ en Instagram es dada a tener altibajos. Aun así, y con el nacimiento de la misma en 2011 , no se conocen casos: “De gente que vivía de esto y que dijo, un día, se acabó”. De hecho, como nos argumenta Phillipe: “Creo que no pasará así tan fácilmente”. Y eso que: “Vivir de esto es un tema muy inestable. Al final es como ser freelance u autónomo en cualquier otro tipo de profesión”. Así, es más probable que: “Pase de moda la ‘app’ Instagram o que uno como influencer ya no interese a las marcas”. De hecho, nuestro experto lleva: “Unos años pensando que es el “último interesante para las marcas en Instagram, a nivel de realizar publicidad “orgánica” via influencers, pero no. Sigue y sigue”. Así, el camino de aquellos que a diario se dejan la piel en Instagram será largo: “Estaremos mientras el cuerpo aguante o la industria a Instagram se interese”.
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