Muchas veces nos preguntamos por los patinazos de los diarios deportivos y quiénes están detrás de estas noticias suculentas, pero que escasas veces se confirman. En Marca conocemos el caso de uno: Carlos Carpio, subdirector del diario y uno de los directivos más resistidos al interior del periódico de Unidad Editorial. Carpio es el directo responsable de la hernia de Gareth Bale que denunció Marca hace dos temporadas, pero que finalmente nunca existió y es además el creativo detrás de muchos de esos fichajes ficticios que nunca llegan.
¿El último? La llegada segura de André Gomes al Real Madrid. De hecho, el propio Carpio firmó las informaciones sobre una operación que estaba cerrada, pero que nunca se concretó a pesar de las cuatro portadas que Marca sacó al respecto. Lo más sorprendente es que solo tres días después de que el fichaje estaba “caliente, caliente”, según Carpio, el futbolista portugués llegaba al FC Barcelona.
Este es uno de los tantos ejemplos que planean en la redacción, del proceder de Carlos Carpio en Marca. Su momento más álgido lo vivió cuando publicó los datos de la supuesta hernia de Gareth Bale nada más aterrizar en el Real Madrid como flamante fichaje de los 100 millones de dólares, lo que según Carpio le impedía debutar. Semanas después Bale debutó y se convirtió en uno de los pilares del equipo blanco. Pese a ello Carpio sigue pensando que la hernia existe.
Carpio, de las Guías Marca a subdirector
Pero esto no es nuevo en Carpio. Quienes le conocen dentro de la redacción se sorprenden por su fulgurante carrera, primero como responsable de editar las Guías Marca entre 2002 a 2007, para luego pasar a ser inmediatamente redactor jefe entre 2017 y 2010 y fichar como subdirector en 2010 hasta ahora. Y todo ello sin pasar por estadios intermedios ni por trabajo de campo como reportero.
Recordemos que Carlos Carpio fue además uno de los principales responsables de la salida de Santiago Segurola del diario Marca antes del verano. Como ya os contamos en prnoticias Carpio y Segurola nunca se llevaron bien por las presiones del subdirector del diario. Esto finalmente forzó la salida de Segurola a pesar de ser uno de los periodistas con más respetados del sector.
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