Cuando parecía que Telemadrid comenzaba a levantar cabeza y a estabilizar su situación después de meses de incertidumbre, las tornas han vuelto a girar. Hoy era uno de los días clave para dar comienzo a la nueva era de la televisión madrileña, ya que sus nueve consejeros van a celebrar su primera reunión con el único objetivo de elegir presidente del nuevo Consejo de Administración. Sin embargo, no será una votación al uso y mucho menos tranquila. La escasa conexión y la división ideológica de los nueve miembros han provocado las primeras fisuras.
Inicialmente elegir al presidente del Consejo de Administración iba a ser un trámite sencillo: un simple acuerdo entre nueve personas, pero los tintes políticos han enturbiado el proceso. Ante la falta de un pacto por unanimidad, los nueve consejeros –cuatro propuestos por cada uno de los cuatro partidos que forman la Asamblea de Madrid y cinco propuestos por asociaciones periodísticas y sociales- optarán hoy por crear una presidencia rotatoria, en la que todos ellos se conviertan en algún momento de los seis años que dura su mandato en el presidente de este órgano directivo. Cada presidencia duraría unos ocho meses.
Se realizarán por tanto dos votaciones. La primera para elegir la fórmula de presidencia rotatoria y la segunda para elegir al primer Presidente. Entonces ¿Quién será el primer presidente de este mandato rotatorio?. Aqui no hay certezas y todo parece indicar que el concenso será difícil de lograr. Una vez más, la sombra del bloqueo y la politización vuelven a sobrevolar Telemadrid.
Y es que las buenas intenciones con las que se propusieron los cambios en busca de una mayor estabilidad y transparencia para la televisión madrileña se están convirtiendo en un nuevo galimatías. ¿Cómo afectaría a la marcha de Telemadrid el cambio del presidente de su Consejo cada ocho meses?. A esto hay que sumarle la elección de un nuevo director General, cargo que ahora ocupa Ángel Martín-Vizcaíno, algo que no sucederá hasta que no esté afianzado el presidente del Consejo y que puede prolongarse durante los próximos meses. Decisiones que apuntan a una eterna interinidad que no lo hace nada bien a la nueva Telemadrid.
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