Por fin ha dado comienzo uno de los juicios más esperados del año, el juicio por las ‘Tarjetas Black’ de la antigua Caja Madrid. Entre los 63 directivos acusados de administración desleal y apropiación indebida, están el polémico Juan Astorqui, quien fuera director de comunicación de la caja durante 14 años. Astorqui llegó a desembolsarse 293.000 euros gracias a estas tarjetas opacas. El dircom de Caja Madrid no dudó en gastarse importantes sumas de dinero en flores, joyas o zapatos, todos ellos supuestos “gastos de representación”. A estas cantidades, unos 36.000 anuales, hay que sumar a su sueldo 1,37 millones de euros y un plan de incentivo a largo plazo.
Aunque durante estos dos últimos días se han expuesto las cuestiones previas del juicio, hasta el próximo 30 de septiembre no comenzará el interrogatorio a los acusados por el caso de las Tarjetas Black, para luego, aproximadamente el día 4 de octubre dar comienzo el juicio que podría extenderse hasta el 9 de diciembre. Estos días se han visto por las inmediaciones de la Audiencia Nacional a los 63 directivos, entre ellos también el dircom de Caja Madrid en la época de Manuel Blesa, Juan Astorqui, que parece que se lo hubiese tragado la tierra desde que Burson Marsteller le apartara de sus funciones de vicepresidente en 2015, último cargo que ocupó el ex directivo de la antigua caja.
Las razones por las que Juan Astorqui tendrá que acudir ante el juez son de todos conocidas: “administración desleal y apropiación indebida” por el uso de la tarjeta que los directivos de la caja disfrutaban. Astorqui llegó a facturar con esta tarjeta, dedicada a “gastos de representación” hasta 293.000 euros. El desglose de los gastos permiten comprobar que no solo la tarjeta sufragó gastos de representación, también muchos otros de muy distinta naturaleza y que nada tenían que ver con su ocupación laboral: Astorqui pagó 55.000 euros en siete años relacionados con un taller mecánico de barcos (la revisión ya saben), gastos de amarre y combustible, entre otros; 5.000 euros en zapaterías; 23.200 euros gastados en joyerías, entre ellos varios cargos de unos 3.000 euros en la sede española de la suiza Richemont o uno de casi 1.900 euros en Tiffany; 4.000 euros en la sala de subastas de Caja Madrid; o casi 30.000 euros gastados en vestido y complementos de primeras marcas y más de 5.000 en zapaterías. También, gracias a las informaciones de las tarjetas black pudimos conocer la afición de Juan Astorqui por la jardinería, actividad en la que se gastó 3.000 euros en gastos relacionados con las flores.
Juan Astorqui, el director de Comunicación de las tarjetas black
Juan Astorqui dejó Burson-Marsteller en 1996 para asumir el cargo de Director General Adjunto y Director de Comunicación de Caja Madrid para volver a la consultora en 2008. Durante su etapa de director de comunicación y relaciones institucionales, Juan Astorqui no solo se convirtió en uno de los hombres que ‘manejaba’ los presupuestos más abultados en el mundo de la comunicación, su sueldo también era digno de admiración y celos. Según las investigaciones presentadas a la Audiencia Nacional Bankia, Astorqui disfrutaba de un sueldo anual de 1.370.000 euros, al que habría que sumar los gastos de su tarjeta balck’, que llegaban a hasta los 293.000 euros anuales, con una media de gastos de 36.000 euros mensuales. Además, Astorqui fue uno de los 10 directivos elegidos Blesa como beneficiarios de un programa de fidelización. Blesa estableció que diez directivos (incluido Astorqui) recibirían un incentivo a largo plazo (ILP) consistente en una remuneración adicional ligada a los resultados anuales de la caja. Entre los gastos que Astorqui cargó a su ‘tarjeta black’ destacan más de 55.000 euros en siete años en material mecánico de barcos, gastos de amarre y combustible; 5.000 euros en zapaterías; 23.200 euros en joyerías; y unos 4.000 euros en la sala de subastas de Caja Madrid
Según un informe de PwC, Juan Astorqui percibió una indemnización de 1.163.235,42 euros. Esta indemnización sería el resultado, según detalla el informe, haber pactado ‘falsos despidos’, y así después los directivos, entre ellos Astorqui, alegar un despido procedente y percibir su indemnización.
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