Pequeñas empresas biotech y start-ups, centros de I+D y compañías farmacéuticas han puesto de manifiesto los beneficios que genera para sus actividades el programa Farma-Biotech, puesto en marcha hace ya cinco años por FARMAINDUSTRIA y del que se ha hecho balance en el encuentro “Buenas prácticas en el programa Farma-Biotech”, celebrado en Bilbao en el contexto de Biospain.
La iniciativa, que fomenta la cooperación de la industria farmacéutica con pequeñas empresas biotecnológicas, universidades, hospitales y centros de I+D, basa su éxito en buena medida en sus criterios de selección de proyectos: área terapéutica de interés, tipo de producto, mecanismo de acción innovador, grado de diferenciación sobre otros desarrollos o productos, estado de avance en el desarrollo del medicamento y estado de protección industrial.
La responsable de la Plataforma de Medicamentos Innovadores de Farmaindustria, Amelia Martín Uranga, destacó en el encuentro que Farma-Biotech “es un programa original, con un buen proceso de selección y un formato adecuado; necesario, que contribuye a desarrollar el ecosistema de la innovación farmacéutica, y en continuo proceso de mejora para incrementar la colaboración público-privada y aumentar la visibilidad internacional de las capacidades de España en este ámbito”.
La mecánica de funcionamiento de Farma-Biotech es sencilla. El equipo de trabajo de FARMAINDUSTRIA busca, recibe y analiza cada año numerosos proyectos en desarrollo procedentes tanto de pequeñas empresas biotecnológicas españolas como de centros de investigación y hospitales públicos y privados. Entre 2011 y 2015 se han celebrado 14 jornadas de cooperación, que reúnen a promotores y compañías y en las que se han presentado 102 proyectos seleccionados de entre las 412 propuestas recibidas.
Cinco proyectos disponibles en el mercado
De los 102 proyectos presentados en las distintas jornadas celebradas, 63 se mantienen aún activos. De ellos, 12 están en pruebas clínicas y cinco están ya disponibles en el mercado. La próxima jornada, la decimoquinta, se desarrollará en Madrid el próximo 15 de noviembre y en ella se presentarán ocho nuevos proyectos de investigación avanzada seleccionados de entre 54 propuestas recibidas en el primer semestre de 2016.
María Aguirre, directora de Investigación e Innovación Sanitaria del Gobierno Vasco, destacó en su intervención en el encuentro de Bilbao la importancia de programas de este tipo para facilitar la colaboración público-privada en el ámbito de la I+D biomédica. Entre los objetivos de la Estrategia en Investigación e Innovación en Salud 2020 de Euskadi figuran tanto “aumentar la colaboración con empresas y agentes científico-tecnológicos, convirtiendo al sistema en un socio de referencia”, como “impulsar el desarrollo de innovaciones, con el sistema sanitario como elemento tractor”.
Javier García Cogorro, consejero de la empresa Bioncotech, describió los aspectos de desarrollo del producto que son más importantes para una biotech: la conexión con los reguladores, el rol de los inversores y las cuestiones de desarrollo de negocio que hay que planificar desde el principio. Por otro lado, informó de que Bioncotech ha reclutado ya al primer paciente para el ensayo clínico del que sería su primer medicamento.
Anabel Sanz, directora de Transferencia de Tecnología del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), reflejó la experiencia que tiene su institución con el Farma-Biotech, en el que participa desde sus primeras ediciones, y mostró su interés por la estrategia de colaboración con los centros de excelencia Severo Ochoa puesta en marcha recientemente por FARMAINDUSTRIA.
Desde el lado de la industria farmacéutica, Andrés G. Fernández, director de Ferrer Advanced Biotherapeutics, concluyó que Farma-Biotech es particularmente útil para las compañías españolas por la proximidad de los centros de decisión, la relación habitual con personas clave en los procesos de decisión, la madurez de los proyectos, así como el sencillo seguimiento y la asumible financiación de los mismos. Fernández valoró que la iniciativa de FARMAINDUSTRIA haya ayudado a elaborar un mapa completo y actualizado de la innovación biomédica española, a identificar mejor a los sectores tanto académico como biotech y a estructurar su oferta de acuerdo a los adecuados criterios y prioridades.
Antonio Gómez, enlace científico de los Centros de Innovación de Janssen Cilag, expuso cómo la mayor limitación para el desarrollo de medicamentos es el llamado Valle de la muerte que existe entre la ciencia básica y la aplicada, dado que “los proyectos que salen de las instituciones académicas no tienen el grado de madurez que demanda la industria”, de la que necesitan apoyo técnico y financiero para alcanzar dicha madurez. Según Gómez, el programa Farma-Biotech facilita el tránsito por ese valle con la aplicación de los criterios de selección adecuados y aumenta las garantías de derisking, que supone emprender todas las acciones necesarias para hacer algo menos arriesgado o menos probable que desencadene una pérdida económica.
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