Para nadie es un misterio que la Radio está en uno de sus mejores momentos de forma de las últimas décadas. La pérdida de peso político de la prensa escrita y los espacios cada vez menos más reducidos para la información en televisión, han dado el empujón para que las emisoras se hayan consolidado no solo como referentes informativos, sino que como generadores de opinión. La SER, COPE y Onda Cero ya no fichan periodistas, ni voces, ni redactores estrellas, ahora fichan tertulianos, generadores de opinión que si tienen mucho tirón mediático, mucho mejor.
Esta semana hemos conocido el sorpresivo fichaje de Gloria Lomana que se ha incorporado al equipo de Herrera en COPE y hace pocos minutos hemos sabido que Cadena SER ha fichado al ex técnico del Granada Paco Jémez. De hecho, a comienzos de semana la SER perdía a Edu Polo, su hombre fuerte en Barcelona, pero en vez de sustituirle por algún otro fichaje han optado por un tertuliano.
Pero no son los únicos. Todas las emisoras apuesta ahora por tertulianos y buscan que además sean mediáticos y en lo posible que aparezcan en televisión, para que puedan hacerles publicidad subliminal del programa. En las mañanas la guerra es brutal y cada gran programa cuenta al menos con una decena de estos tertulianos estables y mediáticos, todos primeras figuras de la vida política y social. En los Deportes pasa lo mismo: ex futbolistas y entrenadores copan El Partidazo de COPE, El Larguero y El Transistor.
Y es que las diferentes guerras de la Radio están tan estrechas esta temporada, que el fichaje de un colaborador que arrastre mucha audiencia, puede marcar la diferencia. Es la nueva guerra de la Radio, es la guerra de los tertulianos.