En la Tierra a sábado, diciembre 21, 2024

Papá, ¿qué hacen las cámaras de televisión en nuestro cole?

Por Fran Rosillo, CEO y Head of Crisis en Crisis Communication & Response

La vuelta al cole es una etapa recurrente para determinadas informaciones relacionadas con el acoso escolar. ¿Quiere decir esto que los colegios viven al margen de este tipo de violencia el resto del año? La respuesta es obvia: NO. Lo que ocurre es que los medios de comunicación, ávidos de noticias relevantes que atrapen al espectador, saben que la vuelta al cole es un acontecimiento importante para los padres. De ahí que aprovechen la coyuntura para exprimir este tipo de relatos.

La realidad es otra distinta y desgraciadamente muy dramática. Los alumnos víctimas del acoso escolar o bullying, lo son todo el año, aunque los acontecimientos súbitos se manifiestan de golpe y den como consecuencia titulares trágicos:

 

“Una alumna del Colegio Sagrada Familia de Elda se suicida tras meses de acoso”

“Un niño de 13 años deja una emotiva carta antes de suicidarse contando cómo le acosaban en el colegio” .

“Sabía que sufría acoso, lo denuncié, pero mi niña está muerta”.

 

En mi opinión, tras haber asesorado a varios colegios, los profesionales de la educación no están preparados para hacer frente a este tipo de situaciones. Son pocos los colegios que realizan un ejercicio de conciencia sobre la preparación con la que cuentan para hacer frente a este tipo de situaciones de crisis.

En la Fase Pre Crisis resulta incómodo ponerse a pensar qué puede ocurrir en el centro, y más en pleno curso lectivo, así que las direcciones de los colegios evitan pensar en los problemas y se centran en su verdadera labor, la educación de los menores: craso error, no solo les juzgarán por su responsabilidad educativa, sino además por su función de tutela del menor.

Esta falta de autoanálisis de la Fase Pre Crisis desemboca en una segunda fase: la Fase de Detección/Prevención. Como no han realizado la reflexión previa de la Fase Pre Crisis, no cuentan con las herramientas adecuadas de detección, viven ajenos a la realidad de los alumnos, desconocen cómo abordar la vertiente preventiva, mantienen una actitud correctora, pero no establecen planes de comunicación interna que les permitan detectar el acoso en sus fases tempranas. Ponen un muro de autoridad ante los alumnos, aislamiento que les conduce a un total desconocimiento de lo que ocurre en la mente de sus alumnos y de la vida social del centro.

Son pocos, muy pocos, los colegios que a día de hoy entablan un diálogo social padres – alumnos – profesores. Se tiende más a evitar el problema que a afrontarlo. Se niega la mayor y luego estalla la guerra entre padres y directores. Unos reprochan a los otros no haber sabido tutelar a sus hijos, y los otros se defienden sacudiéndose una responsabilidad que consideran propia del entorno familiar. Y de pronto, una mañana, desayunamos con la tragedia… y con 10 cámaras de televisión en la puerta del colegio. Y lo digo por experiencia.

Comunicacion de crisis Fran Rosillo

En la conocida crisis ocurrida en un centro de Villanueva del Pardillo (Madrid), a las 9 de la mañana del día posterior a que conociéramos la noticia de que un profesor podría haber abusado sexualmente de sus alumnos, estaban representados en la puerta del colegio (cámara en hombro) todos los canales de televisión nacional de este país y reporteros y reporteras muy conocidos por todos. Era la noticia del momento, el momento de mayor tensión al que puede verse sometido un centro educativo.

Es necesario, pues, poner en marcha la Fase de Reacción. Lo cierto es que la dirección de los colegios no suele tener responsabilidad penal en el abuso, acoso o suicidio de un alumno, pero sí la tiene desde el punto de vista moral. Cuando dejamos a nuestros hijos en el colegio, los dejamos bajo la tutela del centro; por tanto, todo lo que allí ocurra será duramente criticado por los padres afectados y por la sociedad en general. Es aquí donde entran en acción los medios de comunicación, que ajenos a las sensibilidades mundanas, buscan saciar la sed de “morbo” de la sociedad. Tengamos en cuenta que el colegio es una institución extrapolable a cualquier municipio y la preocupación de los padres españoles supone una oportunidad de oro de captar lectores, oyentes y telespectadores.

En esta última fase, nos encontraremos 2 dificultades añadidas: En primer lugar, el colegio, que no ha puesto en marcha un plan organizado en Fase de Pre Crisis y Fase Detección/Prevención, se encuentra ahora con la tesitura de no tener argumentos de peso que le permitan trasladar una buena defensa a los medios de comunicación y a la AMPA.

En segundo lugar, el colegio cuenta con un equipo de buenísimos profesores y educadores, pero que no tienen ni la más remota idea de cómo lidiar con los medios, ya que en la Fase Pre Crisis no ha recibido la formación necesaria para ejercer el papel de comunicador, gestor y/o portavoz. Ni siquiera saben cómo empezar a construir un clima favorable que permita la vuelta a la tranquilidad del centro, ya que no cuenta con un Procedimiento (o Manual) de Gestión ante Situaciones de Crisis bien estructurado.

El descontrol se apodera del centro: padres que no saben qué contarle a sus hijos sobre lo que ha ocurrido, madres que piden explicaciones a la dirección mientras ésta se encoge de hombros, profesores que desconocen como manejar los aspectos psicológicos de los alumnos y…10 cámaras que continúan a la puerta y seguirán molestando a los padres a la entrada y salida de las clases mientras alguien no les dé la declaración que tanto necesitan para el informativo de las 9… y de fondo un niño grita: Papá, ¿qué hace la televisión en nuestro cole?

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