NUEVA YORK.- “Los blogs van a desaparecer”, “los banners han muerto”… mientras algunos se centran en pensar que no existe ninguna opción para los modelos online tradicionales, otros como Shopbeam se encargan de revivirlos gracias a la tecnología. Ahora que las conversiones son cada vez más bajas, que anunciantes y publishers luchan por el tráfico y que casi nadie hace click en los banners, es cuando Shopbeam ha encontrado un hueco en el mercado aportando su solución tecnológica al problema.
Gracias a la plataforma desarrollada por Shopbeam es posible comprar directamente dentro de un banner, en la web en la que lo has encontrado, y haciendo el proceso de check out completo. Creando una experiencia de compra en la que sale beneficiado el usuario por su comodidad, el publisher porque monetiza la compra que se hace en su site y el anunciante porque las conversiones son más altas.
Detrás de Shopbeam se encuentra Javier de la Peña, un emprendedores español que cofundó la startup hace ya más de dos años en Nueva York, tras trabajar en Google y ebay. “Hay demasiada fricción a la hora de comprar. Nosotros hemos reducido esa fricción poniendo el producto más cerca del usuario; al reducir el número de clicks las conversiones son más altas”, asegura De la Peña.
Las campañas de retargeting que utilizan su formato son más efectivas que las que pretenden dirigir tráfico a la landing del anunciante, y que pierden a los usuarios por el camino. Shopbeam ha conseguido así ser una compañía que, aunque se dedica al e-commerce, no tiene que enfrentarse con sus problemáticas “no tenemos que lidiar con pagos, con devoluciones, ni hacer la logística. Una vez hecho el check out pasamos la orden de compra al retailer que se encarga de gestionar el pedido”. Con clientes como Jhonson and Jhonson o Lacoste y publishers en su portfolio como Conde Nast, están negociando con Hearst y Time para que también implementen su nuevo modelo de venta online integrado con el display.
Shopbeam: Online Shopping, Reimagined from Shopbeam on Vimeo.
Los comienzos de Shopbeam en Nueva York
Como en todas las startups los inicios no fueron fáciles. “Lo peor de trabajar en una startup es la frustración constante. El mandar cien mil millones de mails y que nadie te responda. Y es mucho más duro cuando pasas de una empresa grande a esto, como en mi caso, pasé de Google o ebay a esto. Pasas de que la gente te admire a ‘¿Tú quién eres y en dónde trabajas?’ Hay un golpe de realidad bastante doloroso. Y el día a día es que es muy sufrido, hay días que dices quién me mandaría a mi meterme en esto, y eso son el 90% de los días”.
Sufrieron la soledad del emprendedor “estás muy solo todo el día, al principio no teníamos oficina. No podíamos permitirnos tener unos gastos fijos tan caros, pagando 500 dólares por una mesa en un coworking en Manhattan o Brooklyn.” Y lo hicieron en una de las ciudades más duras del mundo porque era el mejor lugar para hacer crecer Shopbeam: “lo que más se vende en internet es moda, cosmética y electrónica, por lo que es más fácil conseguir clientes en NYC.”
El primer reto al que se enfrentaron fue al de la financiación, para el que tuvieron que llamar a muchas puertas hasta conseguir los 1,7 millones de dólares que les han permitido desarrollar la plataforma y facturar 250.000 dólares durante su primer año de vida. “Todos los días le cuento lo que hago a todas las personas que conozco, hasta el frutero de mi calle sabe lo que hago, porque el boca a boca es muy importante.”
Su inexperiencia en el sector y como emprendedores la suplieron con su talento para hacer crecer la compañía “Nos metimos en un terreno que no teníamos ni idea, y que teníamos todas las de perder, así que tuvimos que buscar la manera de que funcionara”. Con un equipo pequeño formado por sus tres fundadores, cuatro ingenieros, una persona de ventas y otra de operaciones han conseguido facturar este año 450.000 dólares.
Shopbeam, el nuevo Ticketbis
Aunque la constancia y el trabajo les haya llevado a donde están ahora, también creen que la suerte ha sido un factor importante “Nosotros lo que estábamos haciendo hace dos años a nadie le importaba sinceramente. Y hace cosa de un año Google empezó a decir que iba a empezar a hacer anuncios donde podías comprar el producto directamente desde el anuncio. Cuando eres el único que estás haciendo una cosa eres el loco, cuando hay otro ya eres menos loco y si ese otro es uno de los grandes la gente empieza a mirarte con otros ojos. Tal vez lo llegamos a hacer hace tres años y hubiésemos muerto, porque nadie se hubiese interesado”.
Su éxito no ha pasado desapercibido. Podría ser el próximo Olapic o Ticketbis con una venta millonaria detrás de la que hay un emprendedor español. Llevan meses hablando con una compañía que están muy interesada en comprarlos por la tecnología que han desarrollado, pero Javier prefiere ser prudente “he aprendido que hasta que el dinero no esté en la cuenta corriente y me haya dado tiempo a sacarlo, no me lo creo”.
De momento, aunque ese exit no se produzca, Javier tiene claro que ha ganado y sigue ganando mucho cada día trabajando en Shopbeam. “Haciendo lo que hago ahora mismo he conocido en los dos últimos años a gente más interesante y que me puede ayudar en el futuro que habiendo estado en un cubículo en Google”.
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