Hace unos días Uber nos sorprendía con su estrategía de marketing sobrevolando con drones los atascos de Ciudad de México, que portaban mensajes a los frustrados conductores. Con el mensaje de: si todos compartíesemos vehículo “la ciudad sería para tí, no para 5,5 millones de coches”, pretendía recordarles que con su plataforma mejoraban el tráfico de la ciudad, a la vez que bajaban el nivel de la contaminación.
Parte del éxito de la campaña de Uber se debe a que llamó la atención de la gente por la gran novedad, que para ellos representaba. Es inusual que, al mirar hacia delante en la carretera, nos encontremos con una flota de naves no tripuladas. En cierto sentido, se trata de un truco diseñado para captar la atención, no solo de los conductores, sino de los medios de comunicación y del resto de la sociedad.
El límite de la creatividad es el cielo
Imagínenos esta escena: un ejecutivo está sentado en su escritorio y al mirar por la ventana descubre flotando un maniquí sin cabeza vestido con traje. Una vez que se da cuenta que no está soñando, ¿qué haría este ejecutivo?. Como mínimo hemos despertado su curiosidad. Eso es lo que un minorista brasileño esperaba con este truco de marketing solo posible gracias a los drones. Los ejecutivos fueron el target elegido y la acción llamó la atención de usuarios y medios alrededor del globo.
Para bajar a tierra –como se suele decir en publicidad- estas creatividades, o más bien, para subirlas al cielo, han empezado a surgir una serie de empresas dedicadas al drone marketing, que ofrecen el soporte y la tecnología necesarios a las empresas. Esta forma de mandar mensajes publicitarios a la sociedad, pretende a atraer a los anunciantes porque resultan más baratos que una avioneta con publicidad, se ofrecen desde 100 dólares al día en Estados Unidos, donde la circulación de estos aparatos de pequeño tamaño –por debajo de los 25kg- está regulada. Además de ofrecernos el impacto de quien nos ve, por lo novedoso en estos momentos de la tecnología.
Sin embargo, la privacidad plantea un gran problema cuando se trata de drones. Estas pequeñas aeronaves no tripuladas tienen cámaras conectadas y no sabemos si nos están grabando o qué pueden hacer con ese material. Por otra parte y también en este sentido, los drones también pueden ser utilizados para grabar escenas de anuncios, con un ahorro importante en producción –cuando la tecnología esté más integrada en las productoras- y así conseguir planos espectaculares desde el aire para impactar a una audiencia que cree que lo ha visto todo.
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