¿Qué es lo que nos lleva a conformarnos con aquello con lo que no conectamos del todo o incluso con lo que no nos gusta en absoluto? ¿Es lo mismo conformarse que aceptar? ¿Dónde está la diferencia y qué podemos hacer para dar un salto hacia lo que realmente queremos?
No te conformes con “casi feliz”. No termines libros que no te gustan. Si una película te parece aburrida, salte del cine. Si el menú no te gusta, pide otra cosa o vete a otro restaurante. Si te das cuenta de que no vas por el camino correcto, salte de él. El tiempo es lo único que ya no vuelve.
Con frecuencia nos conformamos con lo que tenemos o vivimos por falta de valor, por pereza a salir de aquello que ya conocemos; no olvidemos ese dicho de “más vale lo malo conocido que lo nuevo por conocer”. Dichos que asumimos como creencias y que terminan marcando nuestras decisiones, comportamientos y actitudes hacia la vida. Hay una diferencia entre conformarse y aceptar. El conformismo implica pasividad mientras que la aceptación es proactiva porque requiere un trabajo consciente de reconocer aquello que vivimos y abrazarlo con la mejor actitud posible y con la confianza de que es lo mejor para ese momento concreto y de que existe un para qué.
Por otro lado está la resignación, que no tiene nada que ver con la aceptación y que es hermana gemela del conformismo. Cuando nos resignamos lo hacemos desde la impotencia, la lástima o desde la falta de esperanza. Por eso no es lo mismo aceptar que resignarse o conformarse. ¿Qué ocurre cuando nos conformamos? Que nos vamos desconectando de nosotros mismos, de nuestros valores y de nuestra esencia. El resultado es la frustración, falta de alegría y la negatividad.
Piensa en la última vez que te has conformado con algo que no querías y el resultado que has obtenido. ¿Qué podías haber hecho de manera diferente? ¿Qué hubiera pasado si no te hubieras conformado y hubieras dado un paso más allá?
Por eso hoy te proponemos de mano de la coach María Mikhailova, que no te conformes y que emprendas un camino de auto-descubrimiento e incluso de renovación, reinvención, para vivir una vida con propósito y plenitud. Recuerda que hemos nacido para ser felices y disfrutar de todo lo que la vida nos ofrece… ¡no te conformes con menos!
Seguiremos Informando…