RTVE acaba de confirmar que prevé cerrar 2016 con equilibrio en sus cuentas. Esto significa que estamos ante el primer año sin pérdidas desde que se aprobase la nueva Ley de financiación de 2010 que retiraba la publicidad de la cadena pública. Un periodo de seis años en que se han acumulado un desequilibrio descomunal de 468 millones de euros. Todo ello en momentos en que la cadena necesita desesperadamente un nuevo sistema de financiación que complemente o sustituya sus actuales ingresos dependientes de las operadoras privadas y del Estado.
Las cuentas de RTVE esta vez han cuadrado, pero no porque hayan mejorado los ingresos, sino que porque la Corporación ha puesto en marcha un plan de choque que ha recordado de manera brutal sus costes operativos en los últimos tres años. En cuanto a los ingresos de 2016 se prevé facturar alrededor de 22 millones de euros menos de los 977,93 millones presupuestados para 2016. Esto se produce por la reducción en 3,6 millones de euros de los ingresos comerciales, “como consecuencia de las limitaciones crecientes a la actividad comercial de RTVE”. Y por otro lado por la reducción de las aportaciones de los operadores de telecomunicaciones, que alcanzarán en torno a 108 millones de euros, unos 27 millones menos de los presupuestados.
En relación con los gastos, la previsión de RTVE es que el ejercicio 2016 concluya con una reducción de 19 millones de euros. RTVE indica que estos ahorros compensan el ligero incremento experimentado (3,24 millones de euros) en gastos de programas, tanto de televisión como de radio, y cuyo importe se prevé alcance los 342,83 millones de euros. “Todo ello, en un año olímpico como 2016, en el que ha habido que hacer frente a los juegos de Río de Janeiro, cuyo importe superó los 55 millones de euros. Por su parte, la partida de gastos de personal se comporta dentro de lo presupuestado”, indicaron.
Con todo, esta sería la primera vez que RTVE equilibra sus gastos con sus ingresos desde la puesta en marcha de su nueva ley de financiación, sin publicidad y dependiendo de la tasa de las telecos y las televisiones privadas y de unos ingresos estatales cada vez más menguantes. Este nuevo modelo ha resultado catastrófico para RTVE porque en estos seis años de funcionamiento ha perdido un acumulado de 468 millones de euros. En 2010 se dejaron 47 millones, en 2011 perdieron 29 millones, unas cifras que se dispararon hasta los 113 millones en 2012 y 2013 y que cerraron 2014 con un desequilibrio de 134 millones. En 2015 las pérdidas se moderaron hasta los 34 millones de euros.
RTVE necesita un cambio urgente de modelo de financiación
Del mismo modo, RTVE llega al equilibrio presupuestario en un momento crítico para la Corporación, en que sus directivos están expectantes ante el nombramiento de un nuevo Presidente –que el PP deberá consensuar con el resto de Grupo parlamentarios- que entre sus principales prioridades tiene dotar a la cadena de un sistema de financiación más estable y que no dependan de ingresos que históricamente han ido a la baja.
En este punto las propuestas son infinitas y pasan desde la vuelta de toda la publicidad a RTVE, solo a algunas franjas o reforzar los patrocinios culturales y ampliar el branded content de los programas. Del lado de los costes, también está sobre la mesa un ERE que pueda ajustar de una vez por todas, la parrilla de RTVE a las necesidades actuales de una televisión. Lo que sí es seguro es que todos los informes, organismos como la CNMC y los partidos políticos están de acuerdo de que el actual sistema es insostenible. De hecho el propio director de TVE Eladio Jareño ha reconocido en sus escasas apariciones públicas que se necesita un cambio urgente de modelo.
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