Este fin de semana ha muerto Fidel Castro a los 90 años. El líder de la Revolución cubana ha sido el principal protagonista de los medios de Comunicación durante los últimos tres días. Con tantos críticos como defensores, incluso algún medio llegó a afirmar que con su muerte definitivamente se ponía fin al Siglo XX. Es verdad que la importancia de Fidel Castro en la historia política contemporánea es evidente, pero también es cierto que su Gobierno estuvo y está marcado por la vulneración a los derechos humanos en general y a la libertad de prensa en particular.
Sorprende que la prensa, en especial la europea, se olvidase al menos temporalmente de estos ataques constantes y sistemáticos a su propios compañeros de profesión. Un Régimen que califica de disidentes a los periodistas que simplemente piensan distinto a la doctrina impuesta por Fidel Castro en 1959, no puede ser bueno. Y es que ser periodista en Cuba es una profesión de riesgo que puede provocar detenciones, interrogatorios e incluso largas condenas de prisión. Una realidad independientemente del color político que tengamos.
No se trata de prohibir que se reivindique el legado Fidel Castro, sino que simplemente pedimos recordar algunos datos que tienen relación con nuestra profesión. Según el último informe de Reporteros sin Fronteras (RSF) Cuba es el país peor calificado en libertad de prensa de Latinoamérica en el puesto 171. “Los Castro, en el poder desde 1959, mantienen un monopolio de la información y no toleran voces independientes. Detenciones abusivas, arrestos, amenazas, campañas de difamación, confiscación de material, cierre de sitios web, son las formas más comunes de un acoso omnipresente, reforzado por un arsenal de leyes. Blogueros y periodistas independientes deben ingeniárselas con un limitado acceso a Internet”, dice la entidad.
RSF y los periodistas cubanos confían en que el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, en 2015, “podría cambiar la situación poco a poco”, pero realmente y dos años después de estos acontecimientos las cosas prácticamente no han cambiado. Con la muerte de Fidel Castro, algunos ciudadanos cubanos esperan una mayor apertura, aunque las esperanzas son muy acotadas. Con todo, tras la muerte de Fidel Castro creemos que es necesario reivindicar las libertades en Cuba, y en lo que nos respecta como medio especializado en Periodismo y Comunicación: reivindicar la libertad de prensa.
