El próximo 12 de diciembre se realizará la asamblea anual de la AEDE, fecha en la cual los editores de la prensa quieren tener resuelta la sucesión de José Luis Sáinz (consejero delegado de Prisa) que durante los dos últimos años ha dirigido los destinos de la patronal de los diarios. Una meta que por momentos se antoja difícil, ya que pese a lo que se ha publicado, la candidatura de Javier Moll no cuenta ni mucho menos con el consenso de todo el sector. Su intención de querer unificar a toda la patronal bajo un solo paraguas, incluyendo diarios digitales y gratuitos, entrampa una sucesión que hace solo unas semanas se daba por cerrada.
Como ya adelantado la semana pasada El Confidencial, Javier Moll, presidente del Grupo de periódicos regionales Prensa Ibérica se postula como el principal candidato para asumir la presidencia rotatoria de la AEDE durante los dos próximos años. Una elección que se daba por segura y que contaba con el apoyo de buena parte de los asociados. Prensa Ibérica es un grupo de medios regionales, lo que despierta la simpatía de buena parte de los editores que no son de Madrid, en especial porque en la última década han sido contadas las ocasiones en que se ha vista representada la prensa local en la AEDE.
No obstante, las condiciones impuestas por Javier Moll que pasan básicamente por pedir la inclusión de diarios digitales y gratuitos en la AEDE, ha generado el rechazo de los grandes diarios y Grupos de prensa como Prisa, Unidad Editorial e incluso Vocento. Moll, y muchos miembros de la AEDE, creen que la única manera de representar al sector en condiciones es uniendo a todos los editores, no importa el soporte, algo que sin embargo intranquiliza a los grandes, que no quieren cambiar los estatutos ni quieren perder ni un ápice de su influencia.
Prisa no quiere compartir asociación con El Confidencial
En esta lógica los grandes diarios no quieren compartir mesa y mantel con diarios digitales a quienes consideran una competencia directa (VER GRÁFICO CON EL RÁNKING DE USUARIOS ÚNICOS DE INTERNET DE OCTUBRE) y los responsables de canibalizar sus ediciones impresas. Además hay muchas batallas latentes en el sector, que según los grandes, hacen imposible una sola asociación. Por ejemplo, Prisa considera inconcebible estar en la misma patronal que El Confidencial, periódico al que ha demandado por varios millones de euros por competencia desleal y por involucrar a Juan Luis Cebrián en los Papeles de Panamá. Lo mismo pasa con Unidad Editorial que no se ve sentada en el mismo lugar que Pedro J. Ramírez y El Español, periodista que despidieron de malas maneras hace un par de cursos.
El sentimiento es compartido con Vocento. Nadie de los grandes editores quiere legitimar a la prensa digital, a la que han desprestigiado y deslegitimado durante una década, entre otras cosas porque son los únicos diarios que se atreven a airear sus vergüenzas. Entre los miembros de la AEDE hay un pacto tácito de no agresión, algo que en ningún caso se podría asegurar en la prensa digital, donde precisamente buena parte de sus noticias y de sus temas, tienen que ver con la crisis de la prensa y de sus editores.
El caso de la prensa gratuita es similar. Todos los diarios que no han querido ser aceptados por la AEDE en los últimos años han fundado su propia patronal, la Asociación de Editoriales de Publicaciones Periódicas (AEPP), liderada históricamente por Arsenio Escolar, director de 20 Minutos. El divorcio entre la AEPP y la AEDE ha sido importante en los últimos años debido a que estos diarios se han mostrado abiertos a realizar acuerdos con agregadores como Google, al mismo tiempo que los diarios tradicionales exigían la aprobación de un canon al buscador por el uso de sus noticias. Una radical diferencia que hace imposible verles bajo un mismo paraguas.
Los disidentes de la AEDE buscan un líder para la candidatura alternativa
En esta línea, más de algún gran editor ha propuesto en privado articular una candidatura alternativa a Javier Moll en el caso de que siga con la intención de incluir digitales y gratuitos bajo su mandato. El principal problema para este movimiento es encontrar el candidato. Prisa y José Luis Sáinz dejan la presidencia y aunque puede reeditar mandato, el Consejero Delegado de Prisa no está por la labor, salvo catástrofe. Los dos otros editores Vocento y Unidad Editorial han presidido la AEDE hace muy pocos años, lo que tampoco les deja con mucho margen de maniobra.
No obstante, los grandes no se dan por vencidos y exploran diferentes alternativas, todo con el objetivo de evitar acoger a los diarios digitales en su propia patronal. De no haber acuerdo, la Asamblea de mediados de diciembre puede dar muchos titulares. Falta ver en cualquier caso, como se articulan los editores que sí quieren digitales en AEDE y con cuántos apoyos cuentan efectivamente. Solamente ahí se sabrá realmente si pueden soportar el pulso que preparan los grandes.
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