Desde que el nuevo bebé llega a la familia, el hermano mayor muestra mucho interés de distintas formas. Sin embargo “no se da cuenta de que es muy pequeño y que no va a encontrar manera de interactuar con él”. Bien es cierto que “cuando está recién, recién nacido (durante las primeras semanas) no atiende a muchos estímulos. Pero, poco a poco, va fijando la mirada y saliendo alguna sonrisa”. Es ahí cuando el mayor puede actuar. ¿Cómo? Lydia Romano nos da 3 ejemplos con los que los dos hermanos puedan pasar más tiempo juntos.

Como primera opción “el hermano mayor puede mover un sonajero cerca del bebé, cada vez en un lado (para que este pueda seguir el ruido y el juguete)”. En segundo lugar, puede “contarle los dedos de la mano (hasta cinco). Lo puede hacer en inglés, para practicar vocabulario, o con las historias de ‘Este dedito fue al mercado’… Seguro que ya las conocéis”. Por último “puede contarle historias de lo que ha hecho en el día (amigos, familia, del colegio…). Así, conoce la voz de su hermano”.

Estas opciones aumentan cuando el pequeño, o pequeña, pase más tiempo despierto. Por ejemplo “dejándole una pelota blanda y animarle a que se lo devuelva”. Además, tiene la opción de “buscar cuentos de cuando eres bebé, de los blandos con texturas (para que vaya tocando y estimulando el tacto)” o también “puede realizar juegos con marionetas”. Pero la verdadera fiesta llega cuando el bebé empieza a gatear “ya que puede alcanzar todo lo de su hermano y usaran, ahí, las mismas cosas”. Es cuando, también, elegirán según sus intereses: “Jugarán a cosas a las que no tendréis que invitarles”. Todo, eso sí, bajo supervisión hasta que el pequeño deje de comerse las cosas. Esperamos que os hayan servido todas estas ideas. La próxima semana hablaremos viajar con niños. Hasta entonces… ¡Arrivederci a todas!

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