Conectarse a Internet es, hoy, más que un hobbie. Es un hábito. Lo hacemos todos, hasta los más pequeños, desde cualquier dispositivo y a cualquier hora del día. ¿Los motivos? Múltiples: socializar (el más habitual), comprar (o vender) productos… y muchos más. Hablamos de acciones que, lejos de lo podamos pensar, nos generan, a cada vez que las realizamos, unos riesgos de los que no somos conscientes… y que podríamos evitar si fuésemos más cuidadosos. Por eso, y con Karpersky como referente, queremos mostraros siete aspectos que no deben olvidarse nunca cuando naveguemos por la red ya que nos harán la vida mucho más sencilla.
Cuidado con la WiFi a la que te conectas
La primera es protegerse, también, en las redes WiFi abiertas que usamos. Y es que, el hecho de entrar en una de confianza (como pueda ser la del trabajo, la de una biblioteca e, incluso, la de casa) no significa que estemos “libres de hackeos”. Y es que, los cibercriminales también acceden a ellas, hasta el punto de crearlas ellos mismos y ponerles nombres que den seguridad al usuario. Así les atraen con más facilidad. ¿Cómo podemos evitar problemas futuros? No usando estas WiFi para entrar en páginas que requieran información sensible (datos personales o financieros en su mayoría). Además, se recomienda el uso de una VPN.
Elige bien antes de logearte
Y si estas redes son peligrosas, también lo es el dar tus credenciales cuando inicias una sesión. Da igual la plataforma que utilices. Por eso, se recomienda que no uses información de carácter personal para ‘logearte’ ya que te pones en peligro. ¿Lo mejor? Guárdate la información para ti. La contraseña, por ejemplo. Si bien es cierto que se aconseja el que elijas una que puedas recordar con facilidad (en cualquier situación), tampoco optes por algo que, si se te conoce (aunque sea un poco) se puede adivinar a la primera. También debes saber que no es bueno reutilizar estos ‘password’ en todo momento. ¿El motivo? Las estadísticas dicen que es más probable que accedan a tu información tras la vulneración de una base de datos que por un ataque, llamémosle, directo. Por ello, si adivinan tu clave, y siempre es la misma, les darás vía libre a todas tus cuentas (de redes sociales, bancarias, incluso de correo electrónico).
Nada de pinchar en enlaces de correos electrónicos
Y hablando de este último, otro de los aspectos que recalca Kaspersky es el de no clicar en aquellos enlaces que vienen incluidos en los correos electrónicos. Sobre todo si han acabado en tu carpeta de Spam. Lo normal, es que te redirijan a una página maliciosa o que, directamente, descarguen en tu dispositivo cualquier tipo de malware. También puede ser el camino para robarte tus datos. Tampoco accedas, sino quieres tener problemas luego, a esos enlaces en redes sociales que llegan a ti con el claim ‘¡Dale a me gusta y comparte para ganar un iPhone!’ (por ponerte un ejemplo). No suele ser buena idea.
Tu información está mejor… ¡contigo!
Lo mismo que aceptar los ajustes por defecto de las redes sociales. Echales un vistazo cuando accedas por primera vez (y, a posteriori, de vez en cuando) porque es posible que la plataforma, sin que te hayas enterado, los haya modificado. Sobre todo en lo relativo con el ‘compartir información’. ¡Ah! Y no olvides de mirar los temas vinculados a la privacidad y a la seguridad. Por último, y si somos asiduos a Internet, no debemos proclamar a los cuatro vientos, en su inmensa superficie, nuestra vida privada. Sobre todo, nuestras salidas por un periodo largo de tiempo. Es una información que no le importa a todo el mundo y que, sin que te lo hayas propuesto inicialmente, te originará problemas. Seguro.
Estos son sólo algunos consejos que hemos querido trasladaros para proteger vuestros acciones en la red. Y es que, aunque creáis que siempre le va a pasar a otro… ¡Tú también puedes ser hackeado!
Seguiremos Informando…