Apple no deja de estar en el ojo del huracán. Cuando las cosas comenzaban a calmarse con el presidente electo Donald Trump, el turno ahora es para una diatriba que se ha avivado entre la Comisión Europea y Cupertino, en la que la instancia oficial le exige a Apple la devolución de 13.800 millones de euros.
La razón de esta exigencia: la Comisión Europea señala que Apple se valió de ayudas fiscales para su pago de impuestos en Irlanda, aunque la empresa de la manzana mordida niega esto categóricamente señalando que no se trata de un asunto de Ley, sino una represalia por la fama de la marca.
La ingeniería fiscal no es un asunto novedoso para las empresas de tecnología, menos aún para Apple. La situación comenzó a cobrar importancia hacia finales de agosto pasado cuando se rumoreaba la posibilidad de que Apple debía pagar cerca de 19 mil millones de euros por las ayudas fiscales de Irlanda, pero finalmente no era esa la cantidad, sino 13.800 millones de euros que tampoco desean pagar.
Pero unos meses han transcurrido desde esa terrible noticia para los de Cook, así que han decidido apelar la decisión de la CE. Reuters recoge una entrevista realizada a Bruce Sewell, Consejero General de Apple y Luca Maestri CFO de Apple, ambos intentaron desmenuzar una respuesta por la decisión tomada por la empresa y fue el propio Sewell quien echó mano del argumento que apunta a que la medida es una represalia por el auge de su firma.
Expertos fiscales que asesoraron a las autoridades irlandesas fueron obviados en el proceso de revisión de la CE, razón suficiente para que Apple repudiara la decisión tomada, debido a que en la documentación no se hace referencia a lo que estos asesores indicaron al gobierno irlandés y la respuesta dada a la Unión Europea.
La posición expresada por Apple es compartida por el Departamento de finanzas irlandés, un informe de esta instancia señala que la decisión tomada por la CE no consideró oportunamente las diversas actividades de los núcleos de negocios de Apple Sales International y el Apple Operations Europe, quedando claro que las actividades comerciales más relevantes de estas dos organizaciones no se realizan en Irlanda, por lo que los impuestos obtenidos por sus operaciones son atribuibles al aparato fiscal norteamericano.
El personaje encargado de esta causa en la Comisión Europea es la comisaria Margrethe Vestager quien hizo pública la decisión de la instancia oficial y las motivaciones, a lo que responden en la apelación de Cupertino “la Comisión Europea ha sobrestimado la importancia de las oficinas de la empresa en Cork en Irlanda”.
Lo cierto es que se trata hasta ahora de una apelación y por los momentos Apple sigue debiendo esos miles de millones de euros a la Unión Europea en impuestos, por lo que toca esperar sobre la decisión favorable o no para Cupertino.
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