Los medios de comunicación especializados hemos recibido un comunicado por parte de la empresa Amantis en relación a la campaña ideada por la agencia tutanpancho, por considerarla no adecuada a todos los públicos. Argumentan que dicha penalización del anuncio la ejerce Autocontrol. Una penalización que tendría sentido para quienes observan una cosificación de las personas usando partes de su cuerpo con lazos de regalo, como si de productos se tratase, bajo el eslogan “hazte un regalo”.
El encendido comunicado que se ha enviado a los medios por parte de Amantis reivindicaba: “Metro de Madrid y la empresa que gestiona su publicidad, JCDecaux, nos ha censurado nuestra campaña de Navidad”. Admiten además en el propio texto que en la campaña hazte un regalo “presentamos partes del cuerpo, algunas de mujeres, otras de hombres, con un lazo rojo”.
Se preguntan desde la empresa anunciante con gran indignación: “¿de verdad molesta a alguien estas imágenes? ¿Los lazos rojos? ¿Los trozos de piel? ¿La piel erizada quizás? De verdad: ¿hasta qué punto es molesto? ¿por ver una espalda? ¿un torso? ¿un obligo? Y quién dice ver, ver.. dice intuir, suggerir, hacer soñar…” Lo cierto es que no se trata de lo que enseñan sino cómo lo enseñan, es decir, el formato que envuelve el mensaje -y nunca mejor dicho-.
Autocontrol no es un organismo excesivamente penalizador en nuestro país donde desestima gran parte de las reclamaciones con argumentos como “el consumidor está demasiado informado”. Sea cual sea el grado de información de la sociedad, el mensaje publicitario debe estar cuidado, porque se trata de un mensaje socializador con capacidad de influencia social, y por tanto, de educar a las futuras generaciones.
Desde Amantis, sin embargo, declaran a viva voz que no les parece que se trate igual a unos anunciantes que a otros “Y no lo entendemos: por qué a grandes marcas de ropa nadie les prohibe una campaña, aunque se vean claramente imágenes sexualizadas de mujeres, casi siempre mujeres, que muestran provocativamente”. Junto a otra serie de afirmaciones que no reproducimos aquí, por considerarlas demasiado vulgares y fuera de lugar para tratarse de un comunicado oficial, en la forma de referirse a las actitudes femeninas de la publicidad.
Lo cierto es que Metro de Madrid ha alojado durante un largo periodo de tiempo anuncios de vibradores y juguetes sexuales de la misma marca, sin mayor problema. Lo que Amantis no ha entendido es que aquí no se trata del sexo, ni del derecho de nadie a tenerlo, sino del tratamiento o la imagen mercantilizada de las personas. No le habrían censurado la campaña si enseñasen sus productos o si el tratamiento hubiese sido otro, como ya ocurrió con su campaña “haz florecer tu sexualidad”:
HAZ FLORECER TU SEXUALIDAD – AMANTIS from Tutanpancho on Vimeo.
La incomprensión por parte de Amantis se refleja en las siguientes palabras: “Nos da que la verdad pasa porque estas imágenes forman parte de una campaña de una juguetería erótica, de una tienda que promueve el placer y el sexo. Y ¡Oh My God! Aquí viene el problema: que nos dedicamos al SEXO. S-E-X-O. Esas cuatro letras que juntas, dan escalofríos a unos cuantos que parece que aún no ven con buenos ojos que todxs tengamos una buena salud y goce sexual. ¿DEBE ELLO OFENDER A NADIE?”.
Por otra parte hay indicios que parecen apuntar a que todo podría formar de parte de una campaña de marketing para aumentar visibilidad, ya que han creado un hasgtag #yonomeofendo diciendo que lanzan “esta campaña viral para denunciar la censura que hemos sufrido y que sentimos injusta”.
Sin embargo, el trabajo de Autocontrol es hacer oídos sordos y velar porque la comunicación publicitaria sea respetuosa, anuncie lo que anuncie. No se “censura” nunca por la naturaleza del anunciante, sino por sus mensajes. No obstante, podría resultar cierto que no tratan igual a grandes anunciantes que a pequeños comercializadores, como es este caso, y debe tratarse la información publicitaria con el mismo cuidado, venga de donde venga.
Seguiremos informando…
