A nadie le gusta que jueguen con lo que es suyo y menos si hablamos de datos personales (y en ocasiones intransferibles). Por eso, y en aras de proteger al usuario, la CE (Comisión Europea) ha cogido la sartén por el mango, en materia de privacidad, y ha actualizado las leyes que la rigen, incluyendo en ellas a aquellas empresas digitales que, hasta la fecha, estaban exentas. Por tanto, ahora sí están incluidos todos los proveedores de comunicaciones electrónicas. Sin excepción.
Dicha actualización, además, llevará consigo no sólo la mera inclusión de las marcas ausente sino el endurecimiento de las normas que recaerán sobre las mismas (y el resto de afectados). Así, el enviar mensajes o realizar llamadas a través de Whatsapp o Facebook Messenger, por poner dos ejemplos, ya no será, en primera instancia, tan peligroso para todos nosotros. Del mismo modo, se equiparan los derechos con respecto al resto de empresas más radicionales del sector de las telecomunicaciones.
Andrus Ansip, Vicepresidente Comunitario para el Mercado Único Digital, fue el encargado de presentar los cambios bajo una explicación clara: “Queremos generar la confianza en el mercado único digital que la gente espera”. Una premisa que, hoy, no se cumple y que piden hasta el 92% de los europeos, los cuáles ven como vital la confidencialidad en comunicaciones como los mensajes instantáneos o los emails.
Más allá de los datos
Han asegurado, también, que estás nuevas directrices en torno a la privacidad no sólo estrechan el marco del contenido en sí sino que abarcan a los metadatos que estos puedan generar (como la localización o momento en el que se ejecuta la misma). Del mismo modo, y ante la avalancha de solicitudes que el usuario recibe a diario, se tocan las cookies (y su seguimiento) para que el ‘si’ o el ‘no’ del mismo no robe nos tanto tiempo (más si la privacidad está en juego). Así, si se considera que no hay peligro o intrusión, no habrá pregunta que realizar y el proceso seguirá de forma normal.
Del mismo modo, el maldito Spam (sin importar, en este caso, la plataforma de procedencia) será eliminado, salvo que el usuario diga lo contrario. Así, desde los correos mal intencionados hasta las llamadas “comerciales” desaparecen de nuestras vidas si demostramos que cuenta con un objetivo meramente mercantil. Todas estas normas son, de momento, un borrador que necesita de la aprobación del Consejo Europeo, y el Parlamento Europeo, para pasar a ser ley. Una meta que se espera lograr para el 25 de mayo de 2018. Estaremos atentos a los movimientos futuros.
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