Volando Voy aterriza de nuevo en la parrilla de Cuatro este miércoles 11 de enero (22:40 horas) bajo la premisa de seguir mostrando a la audiencia los parajes más espectaculares y recónditos de nuestra geografía y las historias que esconden sus gentes. En la primera temporada del formato el equipo mostraba a estas poblaciones –en muchas ocasiones lugares prácticamente deshabitados- los últimos avances en tecnología, mientras que en la segunda temporada los objetivos se han ampliado, según explica el propio Jesús Calleja en una entrevista con prnoticias.
“Es nueva temporada, pero yo diría que es un formato nuevo porque le hemos pegado un viaje, una evolución muy sustancial. Sabes que Volando Voy es un programa donde buscamos las localizaciones más espectaculares que hay en la geografía española y que hacen que la gente que vive allí tenga unas connotaciones especiales. Nos preocupamos por ellos, que normalmente nadie se preocupa, y conocemos historias muy emotivas y divertidas. Lo que hacíamos era enseñarles un poco las tecnologías que van llegando. Este año hemos quitado esto y por encima de todo lo que queremos es ayudar. Nos dimos cuenta de que efectivamente en esos pueblos hay necesidades que a veces son muy difíciles de conseguir porque no hay presupuesto o porque directamente nadie se preocupa de ellos”, apunta el aventurero leonés.
Jesús Calleja pone ejemplos de este cambio de enfoque en Volando Voy. Uno de ellos es Muniellos, una localización que formará parte de una de las nuevas entregas del formato producido por Zanskar Producciones. “Muniellos, un valle de Asturias espectacular con uno de los hayedos mejor conservados y más auténticos de Europa, donde la gente vive sin internet en muchos pueblos y en otros ni siquiera llega el teléfono móvil”. Una paradoja en pleno siglo XXI que Calleja trasladará a un alto mando de una compañía de telecomunicaciones. Tal es la curiosidad que suscita el asunto que el propio directivo acompaña al equipo en las grabaciones. Tras conocer la situación que vive la zona el programa consigue que se instale una tecnología costosa, pero necesaria que hace posible que los habitantes de Muniellos y alrededores estén conectados con el mundo en cuestión de segundos.
El conocido aventurero leonés ha destacado de Volando Voy que es un auténtico carrusel de emociones y ha confesado haber llorado editando un programa donde también ha disfrutado y reído en grandes dosis. La calidad de las imágenes, especialmente las aéreas, es otra de las claves del formato. En este aspecto Calleja ha explicado que han introducido mejoras en estas nuevas entregas “ahora rodamos con objetivos de fotografía, con cámaras de ultra HD, con un enjambre de drones diferentes… Hemos cambiado la cineflex del helicóptero por otra de última tendencia… El aspecto visual es espectacular”.
Para Jesús Calleja no resulta complicado localizar historias interesantes que mostrar en Volando Voy, porque “encontrar personajes en España es fácil. Siempre digo que en todos los países del mundo que he visitado -y he visitado muchos- no hay ninguno tan variado como España en relaciones personales. En cualquier lugar te haces un amigo… Es fácil y sencillo conocer a los personajes de estos pueblos, porque son extrovertidos y divertidos”. Calleja ha puesto en valor que “al final el programa es como un diente de sierra. De repente te emocionas y se te pone el pelo de punta como te fascinan las imágenes que estás viendo y te pones a reír con otro personaje… Es decir, estás en una continua vorágine de emoción, risa, sorpresa… Yo creo que el programa tiene una cadena continua, mucho ritmo y es de verdad, que es lo importante”.
En la primera entrega de Volando Voy este miércoles 11 de enero Jesús Calleja y todo el equipo aterrizarán con su helicóptero en la Bahía de Fornells, un pueblo de pescadores de Menorca conocido por ser la cuna de la langosta. La segunda temporada está compuesta por siete entregas que descubrirán a los espectadores de Cuatro otros puntos de nuestra geografía como Doñana, el Delta del Ebro en Tarragona, el Bosque de Muniellos en Asturias, el Desierto de Tabernas en Almería, la Ribeira Sacra en Galicia y la Sierra de la Culebra en Zamora.
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