Han transcurrido varios meses desde que en septiembre pasado ocurriera uno de los peores probleamas que Samsung ha enfrentado en los últimos años: el Galaxy Note 7, su producto estrella, sufrió contínuas explosiones que obligaron a retirar el dispositivo del mercado. Los ejecutivos de Samsung prometieron una investigación y un informe, y ahora tenemos los resultados.
La empresa realizó una conferencia de prensa desde su sede central en Corea del Sur, en la que explicó el incidente con las baterías del Samsung Galaxy Note 7, en una transmisión encabezada principalmente por el presidente de la división de móviles de Samsung, DJ Koh.
Fueron cinco meses en total de investigación, en los que concluyeron que las explosiones de los móviles Galaxy Note 7 se debieron a dos razones diferentes: en el caso de la primera batería utilizada fue producto de un inconveniente de diseño, mientras que la segunda batería para reemplazo fue un inconveniente de manufactura.
La batería original utilizada por el Galaxy Note 7 al momento de su lanzamiento tuvo un grave inconveniente de diseño que afectaba el funcionamiento, específicamente el problema fue que la carcasa externa no era de un tamaño acorde a los componentes internos, produciendo un cortocircuito que generó la explosión.
En el caso de las baterías producidas por un fabricante proveedor, aunque no contaban con el mismo inconveniente de diseño, la prisa por cumplir los tiempos para el reemplazo produjo que se dejara pasar un defecto en la manufactura que en resumidas cuentas provocó el mismo efecto desastroso en el Note 7.
En todo momento el informe se enfocó en una responsabilidad absoluta de falla en ambas baterías. Samsung dejó claro que el problema no tuvo que ver con el hardware del dispositivo o el software utilizado.
La próxima tarea de Samsung: recuperar la confianza de sus clientes
Pero ahora que el problema del Note 7 fue aclarado viene una tarea aún más titánica para Samsung, se trata de recuperar la confianza del mercado. Este inconveniente impactó duramente en la credibilidad de esta empresa, hasta el punto de que el propio DJ Koh señalara que “fue una crisis muy dolorosa para nosotros”.
Para poder hacer su investigación, Samsung creó un laboratorio especialmente diseñado para el estudio del Note 7, señaló Koh, en el que hicieron todas las pruebas posibles y necesarias para descartar los tres potenciales problemas, además de la batería: la tecnología de carga inalámbrica, el puerto USB Tipo-C y el escáner de iris, resultando libres de inconvenientes y con un funcionamiento óptimo.
La empresa informó que han logrado recuperar el 96 por ciento de las unidades de Note 7 y continúan con su campaña con el objetivo de que no quede un solo terminal en manos de clientes, aunque todavía queda una incógnita en el ambiente ¿cuánto le costó este desastre a Samsung?.
Seguiremos Informando…