En la Tierra a sábado, noviembre 23, 2024

El Comidista: Entramos ‘hasta la cocina’ del blog culinario comandado por Mikel Iturriaga

Muchos son los que aún piensan, hoy en día, que aprender a cocinar sólo es posible a través del libro de 1080 Recetas de Simone Ortega o con los programas, y consejos, de Karlos Arguiñano. Algo que es incierto y que demuestran, cada día, desde El Comidista, un blog que, de la mano del intrépido Mikel Iturriaga, ha sabido transmitir a sus fieles lectores el buen arte de ‘enfrentarse a los fogones sin miedo’, de un modo ligero y divertido. Nosotros, desde prnoticias.com, hemos entrado hasta su cocina para conocer los entresijos del proyecto de la mano de su máximo responsable…

La primera es sencilla… ¿Qué es El Comidista?

En principio, El Comidista es algo más simple que una ‘chancla de playa’. Se trata una web en la que se publican artículos y vídeos de comida. Luego, la cosa se complica porque tenemos recetas, reportajes, guías, restaurantes, temas de nutrición, ‘post’ chorras de cosas que vemos por ahí… Y todo ello, lo escribimos para todos los públicos, huyendo del elitismo como de la peste e intentando poner algo de humor sin perder el rigor periodístico.

¿Que te llevó a crear El Comidista?

La necesidad. El Comidista es una derivación de mi primer blog, Ondakín, que creé cuando me quedé en paro en el inicio de la crisis, en 2009. Me apetecía hacer algo relacionado con la comida en un tono diferente al de la información gastronómica habitual en ese tiempo, que era o muy sesuda/finolis/de hacer croquetas y bizcochos en casa con las fichas del Semana.

Los primeros pasos siempre son complejos… ¿O no?

Digamos que mi travesía en el desierto fue relativamente corta. Y es que, al año de empezar Ondakín y no comerme una rosca en cuanto a ingresos, me llamaron de El País para hacer El Comidista porque les gustaban las cosas que publicaba. Una vez allí, todo fue relativamente fácil: en el diario me daban bola, a la gente le gustaba lo que sacaba y a mí me daba para vivir con lo que ganaba.

¿Queda mucho de aquellos en el nuevo El Comidista?

Confío en haberme dejado por el camino la inexperiencia y haber conservado cierta frescura. En cualquier caso, creo sinceramente que mis déficits han sido ampliamente compensados por la gente que se ha ido incorporando al proyecto: Mónica Escudero, Jordi Luque, Xavi Sorinas, Marta Miranda, Biscayenne y muchos más.

Si las cosas marchaban bien… ¿Qué os llevó a cambiar algo que funcionaba?

Si te tiras mucho tiempo haciendo lo mismo, al final te cansas. Dejas de ser creativo, te aburres tú y aburres al que te está leyendo (o viendo). El Comidista, como blog unipersonal, ya llevaba cinco años online y yo no podía más. O se transformaba en otra cosa o se convertía en un coñazo (si lo dejaba tal cual). Así que usé la hipnosis, la hechicería y todo mi atractivo físico para embaucar a los responsables de El País y convencerles de que convertir El Comidista en algo más grande era una buena idea.

el comidista 2

Un cambio en el que tu equipo ha tenido mucho que ver… ¿Te ayuda mucho el contar con ellos y no tener, por tanto, que hacerlo sólo?

No ayuda mucho… ¡Ayuda TODO! Yo ahora vivo mejor que antes y creo que el trabajo que hago también es mejor que antes. Algunas, casi todas, las personas con las que curro son más inteligentes y valiosas que yo, pero hacen como que no se dan cuenta y aceptan mi liderazgo.

¿Qué te aportan todos ellos, tus “comidisters”?

Conocimiento en áreas que yo no domino. Imaginación a la hora de plantear temas. Trabajo periodístico serio. Buena escritura. Sentido del humor. En realidad, me lo dan todo menos sus cuerpos. Pero confío en que la próxima reforma laboral me permita incluir esto último en sus contratos, con lo que mi felicidad será completa.

Estamos ante el nuevo El Comidista… ¿Qué se pueden encontrar aquellos que entren en él?

Tropecientas mil ideas para cocinar, vídeos divertidos, artículos sobre cosas relacionadas con la comida en los ámbitos más variados… En resumen: mucho contenido útil para comer mejor en casa y fuera de ella, accesible para cualquiera (aunque no tenga ni pajolera idea de cocina o de gastronomía).

¿Cómo es un día en la redacción de El Comidista?

La redacción no existe como tal. Trabajamos de una manera totalmente descentralizada: cada cual sabe lo que tiene que hacer y lo hace cuando y como le da la real gana. Eso sí, tenemos una reunión editorial todos los jueves y estamos en permanente contacto por mail, whatsapp o teléfono. Publicamos dos piezas, artículos o vídeos, a lo largo del día y solemos tener un día de grabación de vídeo. 

La cocina tiene tantas recetas… ¿Por qué unas y no otras? 

Cada autor de El Comidista tiene bastante libertad a la hora de elegir las que hace, pero hay unos criterios básicos: simplicidad, ya que nos dirigimos a un público no especializado y sin demasiado tiempo para guisar, accesibilidad, es decir, nada de productos caros o raros, salvo alguna cosilla en Navidad, sostenibilidad, porque vamos pegados a las temporadas y cierta intención saludable ya que tratamos de que nuestra cocina sea más o menos sana y evitamos a toda costa el uso de productos procesados industriales.

¿Hay alguna que aún no hayas hecho y te gustaría hacer? ¿Y alguna que evites?

No he hecho todavía el bacalao al pil-pil y supongo que algún día me tocará enfrentarme a él. Por otro lado, trato de evitar la repostería complicada: soy un zote para las masas.

Una de las secciones que más llama la atención son las catas de expertos… ¿Ayudan mucho a los lectores?

Es una de las más exitosas de la web, y yo creo que sí porque los expertos no sólo dicen “éste un 4, éste un 8” sino que dan muchas pautas para analizar un producto y saber si está bien hecho o no.

¿Os han dado, las marcas, algún toque (cariñoso eso sí) por decir que la suya no es la mejor?

Nunca. Alguna nos ha escrito para puntualizar algo que ha dicho alguno de los expertos pero no para quejarse. Incluso marcas que se anuncian en El Comidista, como Carrefour, han sido absolutamente respetuosas con alguna cata en la que su producto no salía muy bien valorado, lo cual habla muy bien de ellos: han preferido aprender de la crítica en lugar de intentar silenciarla, que es lo que hacen otros.

Entramos en la vuestra consulta particular… ¿El feedback de vuestro lectores es bueno, malo o hay de todo (como en botica)?

La gente que conoce el consultorio, o que tiene sentido del humor, jamás se ha quejado por él. Es más, lo jalean, porque entienden que mi bordería forma parte de un personaje que me he creado: soy borde y ellos lo son conmigo. Es el consultorio ‘antiElena Francis’ pero, en vez de ser cálida y amable, soy una especie de bruja borde que increpa a la gente por su ignorancia culinaria (aunque luego al final soy buena y les contesto lo que preguntan). El paracaidista mojigato que entra por casualidad y lee lo que contesto, y lo que me preguntan, se suele escandalizar y protestar, porque no entiende que es todo un juego.

¿Cuál ha sido la consulta más extraña que os han hecho?

Ha habido tantas… Pero mi favorita siempre será una de los inicios: la mujer que asaba el pollo envuelto en un paño húmedo para que no se le secara y el pollo le salía del color del trapo (azul) y escribía para preguntar si eso era sano.

¿Qué os llevó a dar el salto a vídeo? 

Nos dejamos llevar por la moda (risas). No, en serio. Supongo que era un paso natural en un medio como Internet, que es cada vez más audiovisual y más en un territorio como el de la gastronomía.

¿La gente ha acogido bien este nuevo formato?

La aceptación ha sido inmejorable, salvo entre unos pocos nostálgicos que protestan porque metemos vídeos y nos dicen cosas en plan “¿Otro vídeo? Esto parece Netflix”.

¿Qué criterios seguís a la hora de elaborar un vídeo?

Los vídeos que hacemos llevan muchísimo curro y no son baratos de producir, por lo que intentamos ir a temas bastante ‘mainstream’. Es decir, no hacemos un vídeo de un señor que hace ‘Sake’ en un pueblo del Pirineo para que lo vean cuatro gatos, sino uno de cómo hacer el mejor café posible en cafetera italiana que potencialmente pueda interesar a cientos de miles de personas.

¿Cómo son las grabaciones?

Bastante divertidas, aunque el vídeo te exige ejercitar mucho el arte de la paciencia.

¿Te sientes más cómodo frente a la cámara o frente a un papel (virtual)?

Igual de incómodo. Pero tiro p’alante y al rato se me pasa.

¿Y a un proyecto editorial? Porque no van uno, ni dos…

Ese campo lo tengo un poco parado. Ahora mismo los libros no son mi prioridad y prefiero centrar mi esfuerzo en la web. Pero no descarto volver si se me ocurre alguna idea genial (o medio genial, que tampoco vamos a pedir peras al olmo).

Existen muchos blogs de cocina en la actualidad… ¿En qué punto se encuentra este sector?

Yo diría que el fenómeno ‘blogger’ de cocina se ha desinflado un poco. Me explico: hay muy buenos blogs en activo, como Recetas de Rechupete, Webos Fritos, Mercado Calabajío, Velocidad Cuchara… Pero, si te fijas, todos empezaron hace ya bastantes años y no ha habido un relevo con nuevas propuestas curradas, bien diseñadas y con contenidos de calidad (que yo sepa: igual hay cien blogs nuevos maravillosos que no conozco, y que me perdonen sus autores si es así). Supongo que el interés se ha desplazado hacia Instagram u otras redes.

¿Internet ha favorecido el acceso a la información culinaria y, también, al aprendizaje?

Quiero pensar que sí. Nunca había sido más fácil que ahora acceder a millones de recetas de cualquier plato imaginable. Pero es lo de siempre: hay mucha información… y también mucha confusión. Esto es especialmente terrible en el terreno de la nutrición: la cantidad de mentiras, mitos, bulos y alarmismos sin fundamento que circulan por la red está creando una especie de psicosis alimentaria en mucha gente que me parece peligrosísima.

¿Las Redes Sociales juegan un papel importante en El Comidista?

Nuestras redes sociales las lleva, con mano firme, Xavi Sorinas que hace un trabajo excelente a la hora de difundir nuestros contenidos y también de escuchar a nuestros lectores. Creo firmemente que nos ha venido Dios a ver con ellas: son una herramienta potentísima para dar a conocer tu trabajo, probarlo y adquirir conocimientos que luego te sirven para tus artículos.

Para terminar, y mirando hacia el futuro… ¿Qué le espera a El Comidista? 

Mi plan es que El Comidista genere más ingresos que Jamie Oliver y el New York Times juntos, para así poder retirarme a una mansión en Waikiki. Pero me temo que no va a poder ser, así que nos conformaremos con intentar llevar nuestro mensaje de comida al mayor público posible.

Seguiremos Informando…

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