La de anoche en El Hormiguero era la cita más esperada para los fans de Isabel Pantoja. Desde 2011 que la tonadillera no aparecía en la televisión en abierto (Telecinco) y más de una década en Antena 3. Y no defraudó… a sus seguidores. En su estilo, estuvo cordial, campechana y cercana. Eso sí, no mencionó ni una sola palabra de su estancia en prisión ni de sus líos con Hacienda. Precisamente porque Pablo Motos, habitual entrevistador de famosos, no estuvo a la altura y prácticamente no intervino en el monólogo reivindicativo de La Pantoja.
Si buscamos en la RAE la definición del término entrevista masaje, podemos poner como el mejor ejemplo el encuentro de anoche de Isabel Pantoja con Pablo Motos. Es más, el presentador de El Hormiguero ha ido un paso más allá inaugurando un nuevo género periodístico, la del monólogo sin preguntas. Motos recibió a La Pantoja con una alfombra roja y con tantos mimos que se le olvidó su cuestionario. De esta manera, la regla de Motos de que sus entrevistados se diviertan en El Hormiguero se cumplió a rajatabla e Isabel Pantoja se sintió como nunca en un plató de televisión.
Y es que la vuelta de La Pantoja a la televisión estuvo sumamente pactada y medida al milímetro. Después de ver El Hormiguero entendimos las razones de la tonadillera para elegir este programa y no un plató del corazón (ni una gala musical) para hacer su redebut en la televisión. En el programa de Pablo Motos pudo cumplir todos sus objetivos bajo la atenta y consentidora mirada de todo el equipo de El Hormiguero: habló de las cosas simples de la vida, del sufrimiento de no poder compartir los últimos días con Juan Gabriel, de las lentejas, de su madre, de su hijo Kiko, que hizo una lacrimógena y (oh, sorpresa) repentina aparición telefónica.
¿Renacimiento mediático de Isabel Pantoja?
Luego se despachó a gusto cantando uno de sus éxitos (miuy bien, todo sea dicho) y hasta besó efusivamente a Pablo Motos. ¿Y la cárcel? ¿Y Hacienda? Ni una palabra. La cantante solo se refirió al “lugar que no quiere acordarse· y Motos asintió como un lacayo y con una sonrisa cómplice. Un lavado de imagen en toda regla, a partir del cual La Pantoja quiere relanzar su carrera musical, estancada desde su salida de prisión. Como era de esperar las redes sociales ardieron contra Motos y su entrevista masaje y los fans de La Pantoja –esos no están en Twitter- llegaron al clímax televisivo.
En cualquier caso, tanto detractores como fanáticos se reunieron en torno a El Hormiguero para ver a Isabel Pantoja consiguiendo una media de 4.783.000 espectadores, un 23,8% de share en lo que es el mayor récord que se recuerde del programa en Antena 3. El minuto de oro fue también para Pablo Motos con seis millones de espectadores y el 30% de la audiencia que a las 22.54 horas veía la televisión en abierto. Un éxito absoluto y sin precedentes para el programa. Quizás sea el comienzo del renacimiento mediático de Isabel Pantoja… quizás con Pablo Motos de director de Comunicación.
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