La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más común con graves consecuencias para los pacientes que la sufren. Se caracteriza por latidos desorganizados, produciendo en la mayoría de los casos un ritmo cardíaco rápido e irregular. Las causas exactas no se determinan en la mayoría de los casos y los mecanismos implicados están en investigación, pero se relaciona, entre otras, con la presencia de hipertensión arterial, alteraciones en la función de las válvulas cardiacas, enfermedad de las arterias que irrigan el corazón, trastornos tiroideos, corazones modificados por una práctica deportiva de alta intensidad, etc.
La ablación con catéter se ha demostrado como un tratamiento eficaz para el manejo de la fibrilación auricular. “Este largo procedimiento, que puede durar cuatro horas, busca el aislamiento eléctrico de las venas pulmonares, donde existen unos disparadores que pueden desencadenar las crisis, y suele reservarse para pacientes en los que la arritmia no se controla a pesar del uso de fármacos o si éstos son mal tolerados”, explica el Dr. Juan Benezet- Mazuecos, responsable de la Unidad de Arritmias y Electrofisiología Cardíaca del Hospital La Luz de Madrid.
“La ablación mediante radiofrecuencia –prosigue este especialista -, ha sido tradicionalmente el método usado; consiste en provocar el calentamiento controlado alrededor de todo el perímetro de las venas pulmonares generando una quemadura que inactive eléctricamente el tejido. Una limitación de esta técnica es la posibilidad de no generar lesiones completas a lo largo de toda la circunferencia de la vena que resulten en futuras reconexiones y recurrencias de la arritmia”.
No obstante, la crioablación es una nueva técnica para el tratamiento de la fibrilación auricular paroxística, en la que la fuente de energía aplicada es el frío y no el calor, como ocurre en el procedimiento convencional. “En este caso, se usa un catéter balón que ocluye completamente la vena abordada y mediante la aplicación de frío se generan lesiones más homogéneas alrededor de todo el perímetro de la vena, generando un cortafuegos que impide que los disparadores alojados dentro de la vena penetren en la aurícula y no desencadenen así nuevas crisis de arritmia. Estudios recientes han demostrado que la crioablación es una técnica altamente eficaz, más segura y por lo tanto con menos complicaciones, más rápida y sencilla”, asegura el Dr. Benezet-Mazuecos.