A todos nos sonarán los anuncios sobre dentífricos que prometen conseguir “un tono de dientes más blanco en tan solo una semana”. Binaca, Colgate, Oral-B o Sensodyne son algunas de las marcas que han utilizado en su publicidad el efecto blanqueador de sus productos como reclamo. ¿Pero realmente funcionan con la eficacia que aseguran? Los dentistas vienen tiempo advirtiéndolo: la manera de blanquear una pieza es pulirla adecuadamente, con los instrumentos y productos adecuados, bajo la mano de un profesional. Y ahora la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) les ha dado la razón. Ha sido muy clara al respecto: ningún dentífrico debería llamarse blanqueante.
Según la OCU, el reclamo publicitario de efecto blanqueador “es pura palabrería”. A esta conclusión ha llegado después de analizar trece de estos productos anunciados como blanqueadores. Para hacer el análisis, 30 voluntarios probaron cada pasta de dientes durante un mes, con el mismo cepillo y las mismas pautas de uso. Posteriormente, y de acuerdo a una metodología estandarizada, se valoraron los cambios en el tono de los dientes entre el día 0 y el día 30. Se evaluó positivamente si había un cambio de color como mínimo en uno o dos tonos en la escala Vitapan. Se analizó además su capacidad de limpieza in vitro y su grado de abrasividad. Finalmente, la OCU ha comprobado que todos estos dentífricos blanqueantes cambian muy poco o nada el color de los dientes.
Los voluntarios han desvelado que el cambio de color medido según una escala estandarizada ha sido prácticamente nulo o inexistente. Con el producto que obtuvo la mejor valoración en este parámetro, sólo en 10 de los 30 sujetos se apreció una mejoría del color en 1 o 2 tonos. Según la OCU, no se apreciaron cambios en suficientes voluntarios como para poder ser considerados mínimamente eficaces. De hecho, OCU asegura que todas las pastas suspenden, ya que para obtener el aprobado era necesario lograr, al menos, una mejoría en la mitad de los sujetos: ninguna pasta lo ha logrado.
Dentífricos “blanqueantes”: misma limpieza con mayor abrasividad para el esmalte
En relación a su capacidad de limpieza y contenido en flúor, todos los dentífricos analizados aprueban. Por lo que se refiere a la abrasividad, las pastas de uso diario deben respetar el esmalte y tener una abrasividad baja. Y aunque ninguno de los dentífricos analizados tiene una abrasividad dañina, sí los hay con abrasividad considerada alta o muy alta. Esta información sobre abrasividad, que OCU encuentra relevante para el consumidor, curiosamente no se indica en el envase. En cuanto al brillo, los resultados son desiguales: solo la mitad aprueban.
Ante esta realidad, la OCU ha pedido a los ciudadanos que eviten gastar dinero en estos productos, pues no blanquean. Al igual que cualquier otro dentífrico, remueven la posible suciedad que cubre el verdadero color de nuestros dientes. Eso sí, incorporan añadidos químicos en su composición que han sido cuestionados por la posibilidad de ser nocivos para nuestras piezas dentales. Es decir, se trata de composiciones más agresivas que las que encontramos en una pasta de dientes habitual, ya que son de tipo abrasivo.
De la misma opinión son los profesionales de la Odontología. Ante la necesidad de blanquear los dientes, recomiendan no aplicar dentífricos que contengan químicos abrasivos en su composición, sino apostar por llevar a cabo un blanqueamiento dental profesional: “Resulta más costoso, pero el resultado será claramente superior, además de ser más duradero y por supuesto, mucho más sano para nuestra dentadura”.
La organización insta a las autoridades pertinentes a que sean más exigentes con este tipo de publicidad. “OCU es partidaria de que sólo se indiquen efectos que se hayan demostrado científicamente y de manera rigurosa. El etiquetado no debería mezclar informaciones objetivas con fantasías”, piden los responsables del análisis.
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