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La evolución del mundo de la publicidad en los últimos años ha sufrido una transformación bestial. Hemos pasado de los mensajes unidireccionales de las marcas con contenidos donde ellas o sus productos eran los protagonistas a los contenidos donde los usuarios son el centro y todo gira alrededor de ellos, claims como que el contenido es el rey, frases como que la manera de unir dos extremos es a través de una historia, estrategias como el branded content que se están consolidando y ya no son una moda pasajera sino acciones que se van a quedar con nosotros, nos dan pistas de por dónde andamos ahora.
En este post quiero hacer una reflexión que seguramente a muchos de vosotros se os haya pasado por la cabeza. ¿No os dais cuenta que muchas campañas de publicidad están destinadas a vender un contenido y no un producto?
Y es que, por ejemplo, este pasado verano no vi ni un solo mensaje comercial donde me animaban a comprar cerveza Damm, no, ni uno, pero vi en casi toso los soportes posibles anuncios de Damm donde me animaban a ver su cortometraje protagonizado por Jen Reno.
Y es que muchas marcas lo que venden ahora son contenidos y, es que ante la gran saturación de contenidos a la que nos enfrentamos todos los días, las marcas se ven obligadas a vender los contenidos a través de campañas de publicidad para que esos contenidos no pasen desapercibidos y ya de paso, para crear una comunidad alrededor de ellos, y aquí nuevamente, llegamos a una nueva evolución de la marca donde esos relatos o contenidos pasan a estar albergados en una plataforma, contenidos de una misma marca dentro de su propia plataforma o canal.
Seguiremos informando…
