Diferentes estudios han revelado que el estado amoroso de una persona puede influir en la salud del corazón, tanto para bien como para mal. Los vínculos afectivos con la pareja, amigos y familiares mejoran la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión, beneficiando de manera importante el corazón. Es decir, el amor reduce los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, contribuyendo a alargar la esperanza de vida. En cambio, la inestabilidad sentimental produce preocupación y estrés, lo que supone un sobre estímulo del sistema nervioso, y puede afectar negativamente al corazón. Además, se ha demostrado que el divorcio aumenta el riesgo de infarto, especialmente en mujeres.
Otro factor bastante relevante para proteger la salud del corazón es mantener la diabetes bajo control. Esta enfermedad es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, por lo que su buen control es básico para evitar los problemas cardiovasculares, que siguen situándose como primera causa de muerte en España. La mitad de las muertes de personas con diabetes se debe a enfermedades relacionadas con el corazón y la esperanza de vida de los pacientes con diabetes con elevado riesgo cardiovascular se reduce de media en hasta doce años.
A pesar de la gran relación existente entre diabetes y enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio o el ictus, menos de 2 de cada 10 pacientes asocian las alteraciones cardiovasculares con su enfermedad y sólo el 3,2% asocian los infartos con la diabetes tipo 26. Esta es una de las principales conclusiones de la “Encuesta Creencias y Actitudes sobre la Diabetes”, realizada por la Alianza Boehringer Ingelheim y Lilly en Diabetes con el objetivo de conocer la percepción real sobre la enfermedad por parte de la población en general y de las personas con diabetes tipo 2. En este sentido, los resultados de la encuesta ponen de manifiesto la necesidad de impulsar campañas de comunicación sobre los riesgos cardiovasculares en la diabetes tipo 2.
Mantener unos hábitos de vida saludables
Proteger el corazón ante las enfermedades cardiovasculares depende en gran medida de mantener unos hábitos de vida saludables. Las recomendaciones generales son una dieta baja en grasa, sal y colesterol, no fumar y hacer ejercicio por lo menos tres veces por semana.
Estas recomendaciones son fundamentalmente importantes entre la población con diabetes, que debe llevar una dieta sana, variada y equilibrada. La práctica de ejercicio físico regular ha demostrado mejorar el control de los niveles de azúcar, los factores de riesgo cardiovascular y el perfil lipídico, así como facilitar la pérdida de peso y aumentar el grado de bienestar. También es muy recomendable dejar de fumar, ya que el tabaquismo actúa como factor de riesgo cardiovascular.
La diabetes se ha transformado en un grave problema global que el año pasado causó la muerte de cinco millones de personas en el mundo. Uno de cada once adultos la padece, prevalencia que va en aumento y se estima que en el año 2040 será de 1 de cada 10.