Marine Le Pen recupera las viejas tácticas de la propaganda de la Segunda Guerra Mundial, para su campaña electoral. Identifica a un enemigo externo y le culpa de los males del país. Para ello recurre al argumentario del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Evoca una grandeza pasada en la historia de Francia, que ha desaparecido y que hay que recuperar con un orgullo nacional desmedido, tal y como dice en su spot electoral: “Amo con todo mi corazón, con toda mi alma a esta nación milenaria que no se somete. Amo a este pueblo impetuoso que no renuncia”, además de otros comentarios al respecto de una gloria pasada del país y de un amor pasional al mismo.
El enemigo deshumanizado a derrotar y la amenaza externa, que ha quitado todo ese brillo a Francia, es el fundamentalismo islámico, que relaciona con el hecho de ser mujer, ya que por ello siente una “violencia extrema” ante “las restricciones de libertades que se multiplican en todo nuestro país a través del desarrollo del fundamentalismo islamista”. También copia el argumentario que triunfó de los partidarios del brexit en Reino Unido para su propaganda. Asegura en su cuenta de Twitter que Francia no se someterá ni a la señora Merkel, ni a Junker ni a Draghi:
Retrouvez mon discours lors de notre réunion publique de #ClairvauxLesLacs https://t.co/BW49bXfltD #AuNomDuPeuple #Marine2017 pic.twitter.com/jGsZtKRz9L
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) 20 de febrero de 2017
También relaciona el fundamentalismo con ser madre porque “me preocupa cada día el estado del país y del mundo que dejaremos en legado a nuestros hijos”. Como abogada asegura que tiene “una sensibilidad especial ante la situación de las víctimas, que deben hacer frente a la impunidad de los criminales”. Otro de los puntos en común con la estrategia de propaganda Trump es el establishment a combatir. Le da al pueblo francés dos opciones: “continuar con quienes nos han mentido, fallado, traicionado, engañado al pueblo y arruinado Francia” o “volver a poner en orden a Francia” una nueva Francia que sea respetada, próspera, orgullosa, sostenible y justa.
Ese asegura que es el proyecto que llevará al Gobierno, “en nombre de ustedes y en nombre del pueblo”. Se observa un sentimiento por la patria exacerbado que también se manifiesta porque asegura sentir un amor visceral y apasionada por su país: “siento como si fuera mío el dolor de mis compatriotas”. Asegura en sus lemas cosas como que “deben salvar la civilización francesa”.
“Petit à petit, notre identité nationale est attaquée, rongée, par le communautarisme et le fondamentalisme islamiste !” #ClairvauxLesLacs pic.twitter.com/M9ZQlKOahw
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) 17 de febrero de 2017
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