Entre 2005 y 2015, la depresión aumentó un 18,4%, en todo el mundo, siendo las principales víctimas las mujeres menores de 29 años o mayores de 55, según ha puesto de manifiesto la Organización Mundial de la Salud a finales de febrero. La prevalencia global de los trastornos depresivos es el doble en las mujeres que en los varones. La OMS estima que el 26% de las mujeres presentará un Episodio Depresivo Mayor a lo largo de su vida, frente al 12% de los hombres. En nuestro país, según el estudio ESEMeD , la prevalencia de la depresión a lo largo de la vida es de entre un 5 y un 7,5% en los varones, y de entre un 13 y un 16% en las mujeres. De ahí que los expertos aseguren que ser mujer es el segundo factor de riesgo para sufrir depresión, por detrás de los antecedentes familiares.
¿Significa esto que sería necesario un abordaje desde el punto de vista del género en una enfermedad como la depresión? Así lo creen los especialistas. En palabras del Profesor Jerónimo Saiz, Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, CIBERSAM, y patrono de honor de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), “cualquier enfermedad debería abordarse así. La depresión es tan frecuente que el abordaje más habitual es inicialmente en la atención primaria de salud”.
Para el Dr. Miquel Roca, Coordinador de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan March de Mallorca y Profesor Titular de Psiquiatría en la Universidad de las Islas Baleares, “se deberían tener en cuenta todos los factores involucrados y ser muy conscientes de este mayor riesgo de que se presente la enfermedad en mujeres, además de valorar específicamente algunas situaciones (menarquia, parto, postparto, menopausia) donde se producen cambios hormonales, psicológicos y sociales muy relevantes de manera simultánea”.
Según el Dr. Vicente Gasull, Coordinador del Grupo de Salud Mental de SEMERGEN, “con la terapia personalizada se espera lograr una respuesta más rápida y efectiva, logrando la remisión del proceso depresivo y la recuperación plena de la funcionalidad del paciente. Todo ello redundará en una mejora de la calidad de vida del paciente y de su familia, en una menor probabilidad de recaída o recurrencia y en que el proceso no se cronifique”.
¿Qué factores explican esta diferencia de género en la prevalencia de la depresión?
Factores biológicos, genéticos, socioculturales y psicológicos explican esta diferencia de género en la prevalencia de la depresión. La principal puerta de entrada para el diagnóstico y el tratamiento de la depresión sigue siendo la atención primaria, donde se estima que “uno de cada cinco pacientes padece síntomas depresivos, representando aproximadamente el 14% de las consultas. La mayor incidencia de depresión en la mujer se presenta entre los 25 y 45 años. La depresión en la mujer suele manifestarse, con mayor frecuencia, con síntomas somáticos”, afirma el Dr. Gasull.
Por otro lado, los trastornos psiquiátricos que con mayor frecuencia aparecen asociados a la depresión en la mujer son los trastornos de ansiedad, seguidos por los somatomorfos, trastornos por consumo de sustancias o alcohol y trastornos de la conducta alimentaria, según los especialistas. Las mujeres presentan, además, tasas significativamente mayores de trastornos psiquiátricos comórbidos en relación a los hombres.
Objetivo del tratamiento de la depresión
El lema del Día Internacional de la Mujer 2017 es: “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030”. Para lograrlo, es fundamental, entre otras cosas, abordar correctamente la salud mental de la mujer. Síntomas afectivos (tristeza, ansiedad, irritabilidad, bajo estado de ánimo, desesperanza…), cognitivos (dificultades de atención y concentración, de memoria, de toma de decisiones y planificación, etc.) y somáticos (fatiga, cambios en el apetito y peso, alteraciones del sueño, dolor de cabeza, problemas estomacales…) caracterizan esta patología que limita el funcionamiento diario en todas las esferas de la vida.
Según el Dr. Roca, “las alteraciones cognitivas constituyen una parte esencial de la sintomatología de la depresión y hasta hace pocos años era una característica que no se tenía en cuenta entre las manifestaciones de la enfermedad. La cognición afecta el rendimiento laboral, académico, social, es responsable de buena parte de las llamadas alteraciones “funcionales” de la enfermedad depresiva con un impacto individual y profesional muy marcado”.
Para el Dr. Gasull, “los síntomas cognitivos residuales más frecuentes son la dificultad de concentración, los olvidos frecuentes, la indecisión con dificultad para tomar decisiones y priorizar y el procesamiento lento (habla y respuestas lentas). Todo esto lleva a que el paciente realice una autoevaluación negativa de sí mismo que induce a una pérdida de autoestima y a que limite las interacciones sociales”.
Diagnosticarlos y tratarlos adecuadamente resulta fundamental para que el paciente alcance la recuperación funcional, es decir, volver a sentirse y funcionar como lo hacía antes de padecer depresión, retomando el control de su vida.
Como explica el Prof. Saiz, “los síntomas cognitivos de la depresión afectan al desempeño en el entorno laboral y en el día a día de cualquier persona. La atención, concentración y función ejecutiva deben estar muy operativas para resolver las actividades diarias y que la vida familiar, personal y profesional funcione con normalidad. Por ejemplo, un ama de casa tiene a su cargo múltiples tareas que pasan, con la depresión, de ser sencillas y rutinarias a resultar inasequibles. Esto hace que, el paciente experimente un gran malestar y sentimiento de culpa”. Más del 70% de los pacientes que responde al tratamiento sigue presentando síntomas cognitivos , siendo uno de los síntomas residuales más prevalentes.
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