En la Tierra a jueves, noviembre 21, 2024

Cuando la homogeneidad del color en las comunicaciones de Marketing es más importante que el propio color

Seguro que tú también te has preguntado de pequeño, ¿cómo sé que el verde que veo yo, es el mismo verde que ven mis amigos? ¿Cómo sé que el rojo que ven mis amigos, es el mismo rojo que veo yo? Esta pregunta surge también entre mujeres y hombres en numerosas ocasiones, ya que es completamente verídico que las mujeres ven más tonos que los hombres; la razón, según un estudio dirigido por el profesor de psicología del Brooklyn College, Israel Abramov, es que “en la mayoría de los hombres, el espectro visible requiere una longitud de onda ligeramente más larga que las mujeres con la finalidad de experimentar el mismo tono”.

Aunque todos estamos de acuerdo en la denominación de colores primarios y sus complementarios, a veces nos asaltan dudas sobre si un determinado tono pertenece a una gama cromática u otra. Así pues, dudamos entre el rojo o el naranja, o entre el morado y el azul cuando son muy parecidos. Estos datos pueden resultar simples curiosidades, y este tema baladí en la rutina diaria, pero para una marca el color es un factor fundamental del cual depende muchas veces el éxito o fracaso de su identidad visual y todo lo que esto conlleva.

De esta manera, el rojo de lego siempre es rojo, pero todos lo diferenciamos del rojo algo más apagado de coca-cola, y nunca confundiríamos el azul de Facebook con el azul de Twitter. Más aún, múltiples estudios concluyen que el color afecta al estado de ánimo de las personas, y, por eso, a sus decisiones de compra. El neuromarketing estudia, en la actualidad, este tema en profundidad, y las conexiones entre nuestra percepción de los colores y nuestra respuesta psicológica son cada vez mayores y más interesantes. Sabemos, así, que el rojo acelera nuestras pulsaciones y despierta nuestra atención, mientras que el color azul provoca seguridad (fijémonos en cuántos bancos y aseguradores utilizan este color).

No obstante, solo hay algo más relevante que el propio color en Marketing, y es su coherencia y homogeneidad en las múltiples comunicaciones y formatos que un marketing manager utiliza en su día a día y en sus variadas campañas. La recepción en nuestro cerebro de una tonalidad de color concreta, junto a una marca cuyas comunicaciones mantienen este tono de forma coherente, genera una asociación automática y casi subliminal. Precisamente, por este motivo, la percepción del color y las emociones que genera son una herramienta comercial muy poderosa.

Desde Gelato te proponemos 7 sencillos pasos para controlar la homogeneidad cromática de una marca en todas las piezas de comunicación que se generan, bien sean físicas o bien sean digitales.

            Revisa cómo gestiona el color tu programa de edición o maquetación y tenlo en cuenta en tus sucesivas acciones y durante el tratamiento de tus materiales de marketing.

            Considera nuevas plataformas y softwares de impresión. Con éstas, no sólo ahorrarás en costes de impresión al imprimir el número exacto de unidades que necesitas, sino que tendrás un gran control sobre el color de tu marca en todo el proceso de impresión. ¿Cuántas veces no has tenido que desechar carteles, invitaciones u otras piezas de comunicación porque no tenía el pantone concreto de tu marca?

            Asegúrate siempre de que el código de color HTML que utilizas es el establecido por tu empresa para definir los colores en todos tus materiales de marketing. No es lo mismo un amarillo FFFF00 que uno FFFF33.

            A la hora de imprimir elige bien las opciones, todas ellas tienen unas necesidades específicas y el resultado varía. Por ejemplo, ¿vas en digital o en offset? Cuando lo tengas claro, considera todos los aspectos para un resultado lo más acertado posible.

            Ten en cuenta que el color cambia dependiendo del formato en el que lo estemos visualizando. No vemos igual el color en la pantalla que en el papel. Y así, existen múltiples factores que afectan a esta realidad.

            Elige bien la profundidad de color, ya que afectará a la resolución. ¿Cuántos bits tiene tu imagen? Ten en cuenta cuantos bits va a tener la imagen final o la creatividad final que vas a elegir.

            Y por último…si tienes un evento, ¡no dejes la impresión de tus materiales de marketing para el último día!

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