En la Tierra a lunes, diciembre 23, 2024

Marketing Etarra: protagonismo y notoriedad hablando de desaparición

Logo y lema de la banda terrorista ETA en una fachada

La sociedad española está cansada, de los problemas actuales y de los fantasmas de los problemas pasados, que no dejan de asomar extremidades de la tumba para dar titulares. En un principio, la banda terrorista ETA, a finales del año pasado, prefería dejar para más adelante el desarme definitivo. Recientemente hemos acudido a este desarme con 120 armas en ocho zulos, que aseguran son todas sus pertenencias armamentísticas.

ETA dejaba así de ser una organización armada. Ahora plantea un paso más, debatir entre la militancia la disolución. Hay quienes afirman, sin embargo, que el Estado venció a ETA hace mucho tiempo y que estos coletazos finales son solo una forma de seguir llamando la atención y reivindicar su presencia pese a la crónica de una muerte anunciada a la que lleva años sometidos. Los dirigentes de la reducida cúpula (unas cuatro personas) tendrán que recoger las opiniones de los presos etarras entre las cárceles españolas y francesas.

Se encuentran unos 260 presos en penitenciarías de nuestro país y 80 internados en centros franceses, a través del EPPK, Colectivo de Presos Políticos Vascos (tal y como ellos se hacen llamar). Un preso político, se mantiene en la cárcel porque sus ideas son un peligro para un Estado. Sin embargo, estos presos están encarcelados acusados por actos bastante más tangibles que simples ideas, con más 360 muertos civiles en sus manos, 486 miembros de seguridad y fuerzas armadas, un total de 829 personas asesinadas, solo desde la muerte de Franco, justifica para muchos más que de sobra que sean presos, y no precisamente políticos.

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Cabe recordar que un buen número de los presos saldrán en 3 o 4 años con la pena cumplida. Pero todo es marketing, desde el nombre del colectivo de sus presos, que les victimiza, hasta la forma de comunicarse con los medios y de seguir copando portadas, ahora sin mancharse las manos, en un intento de seguir adquiriendo notoriedad y relevancia para mantenerse en el top of mind de los ciudadanos. 

Se pretende presionar a los Estados para obtener mejor trato a sus miembros con campañas internacionales como la del pasado sábado, en una fingida muestra de compromiso por la paz. Esto lo confirman las palabras de David Pla, el número uno de la banda en diario Gara: “(…) construir un nuevo esquema para la resolución. Un esquema de hondo calado, al estar soportado en el protagonismo (…)”, bien clara la palabra “protagonismo”. Además pedía actuaciones “en favor de la paz para construir el liderazgo compartido que necesita ese objetivo”.  

En dicha entrevista también hablaba sobre que sus valores “dejarán huella para construir el futuro juntos”. Queda de manifiesto que todo lo que hacen es para con los presos, incluyendo estas campañas de movilización de cara a la sociedad, buscan el olvido de las casi mil víctimas mortales que carga la organización a sus espaldas y la colaboración civil para presionar a los estados y tener así el favor para los presos.

Seguiremos informando…

La sociedad española está cansada, de los problemas actuales y de los fantasmas de los problemas pasados, que no dejan de asomar extremidades de la tumba para dar titulares. En un principio la banda terrorista a finales del año pasado prefería dejar para más adelante el desarme definitivo. Recientemente hemos acudido a este desarme con 120 armas en ocho zulos, que aseguran son todas sus pertenencias armamentísticas.

Eta dejaba así de ser una organización armada. Ahora plantea un paso más, debatir entre la militancia la disolución. Hay quienes afirman sin embargo que el Estado venció a ETA hace mucho tiempo y que estos coletazos finales son solo una forma de seguir llamando la atención y reivindicar su presencia pese a la crónica de una muerte anunciada a la que lleva años sometida.

Los dirigentes de la reducida cúpula (unas cuatro personas) tendrán que recoger las opiniones de los presos etarras entre las cárceles españolas y francesas. Se encuentran unos 260 presos en penitenciarías de nuestro país y 80 internados en centros franceses, a través del EPPK, Colectivo de Presos Políticos Vascos (tal y como ellos se hacen llamar) además de los 80 etarras que se encuentran con causas pendientes.

Un preso político, se mantiene en la cárcel porque sus ideas son un peligro para el Estado. Sin embargo, muchos de esos presos están encarcelados acusados por actos bastante más tangibles que simples ideas, con más 360 muertos civiles en sus manos, 486 miembros de seguridad y fuerzas armadas, un total de 829 personas asesinadas, justifica más que de sobra que sean presos y no precisamente políticos.   

Cabe recordar que un buen número de los presos saldrán en 3 o 4 años con la pena cumplida. Pero todo es marketing, desde el nombre del colectivo de sus presos, que les hace quedar como víctimas, hasta la forma de comunicarse con los medios y de seguir copando portadas, ahora sin mancharse las manos, en un intento de seguir adquiriendo notoriedad y relevancia para mantenerse en el top of mind de los ciudadanos.

Se pretende presionar al Gobierno para que obtener mejor trato a sus miembros con campañas internacionales como la del pasado sábado. En una fingida muestra de compromiso por la paz mientras el Estado no hace nada. Pla esto lo confirman las palabras sobre el buscado protagonismo de David Pla, el número uno de la banda en Gara: “(…)construir un nuevo esquema para la resolución. Un esquema de hondo calado, al estar soportado en el protagonismo (…)”.

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