Las negociaciones de los diferentes convenios colectivos del Grupo Zeta siguen al rojo vivo. La empresa tiene abiertos todos los frentes y en cada una de las publicaciones la situación es diferente. Mientras en Ediciones Zeta (Interviú y Tiempo) se ha abierto la posibilidad a poner en marcha bajas incentivadas, en El Periódico se ha denunciado a la empresa ante la Inspección del Trabajo, Soport tendrá que acudir a un arbitraje y Ediciones Reunidas, Prodesa y Zeta Servicios y Equipos han acordado prorrogar la rebaja salarial vigente desde hace cinco años.
El Grupo Zeta se negó a devolver a la plantilla la situación salarial de hace tres años, a pesar de haberse comprometido en el ERE temporal aprobado en 2014. La empresa argumenta que los resultados han estado por debajo de los esperado, aunque la plantilla advierte que se ha logrado un EBITDA positivo durante 2016. Esto ha llevado a la compañía a abrir todos los frentes y negociar, empresa a empresa, duros ajustes laborales tendientes a reducir la masa salarial de todas las empresas y cumplir con el plan de la banca para retomar los pagos de su deuda.
En estos momentos la deuda del Grupo ronda los 100 millones de euros, con vencimientos anuales que en 2016 no se cumplieron. Zeta dejó de pagar unos diez millones de euros y es por ello que ahora renegocia con los bancos, la actual deuda, y un nuevo préstamo que rondará los doce millones, destinado a cubrir este vencimiento. En medio de toda esta maraña de negociaciones, la compañía ha conseguido vender por 40 millones Ediciones B, una de las pocas empresas que en estos momentos era rentable para la compañía.
No obstante, lo que hemos podido saber en prnoticias es que este dinero irá íntegramente a pagar la deuda. Mientras, todos los convenios siguen abiertos y en la mayoría hay avances, aunque no muy positivos para los trabajadores. En el caso de Ediciones Zeta, editora de Tiempo e Interviú, su plantilla lleva más de cinco años con un 16% de recorte en los salarios. En esta línea y al inicio de las conversaciones la empresa planteó incrementar ese recorte hasta el 40% y, después de tres semanas de reuniones y un amago de huelga general, su propuesta llegó al 32% de reducción salarial, algo que la plantilla ha rechazado de manera unánime y rotunda.
Por otro lado, Zeta ha aceptado estudiar la posibilidad de que se produzcan algunas bajas incentivadas, para reducir el coste salarial total, pero ofrece unas indemnizaciones de 20 días de salario por cada año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades para los trabajadores de hasta 58 años, y esa misma cantidad para los mayores de esa edad pero con un máximo de 15 mensualidades.
El fantasma del ERE sigue planeando en todas las empresas de Zeta
Como ya se ha contado en El Periódico de Catalunya la empresa pretende descolgarse del convenio colectivo y aplicar un descuento del 21% en los salarios. El comité ha denunciado a la empresa ante la Inspección de Trabajo, porque sostiene que les ocultan información que es esencial para las negociaciones. En el diario deportivo Sport han concluido sin acuerdo las negociaciones, por lo que tendrán que acudir a un arbitraje, que decidirá si la empresa puede descolgarse del convenio colectivo y continuar aplicando descuentos en los salarios.
En otras empresas del Grupo Zeta -Ediciones Reunidas, Prodesa y Zeta Servicios y Equipos- han concluido las negociaciones y han acordado prorrogar unos años más la situación que tienen desde hace más de cinco años, con un descuento salarial en torno al 13%, aunque varía según las sociedades. En cualquier caso e incluso si todos estos recortes se ponen en marcha, dentro de las plantillas existe el firme convencimiento de que en el segundo semestre del año –o incluso antes del verano- la empresa deberá poner en marcha medidas más drásticas.
Los trabajadores no descaran un ERE al que incluso le ponen cifras, 200 de los actuales 1.300 trabajadores. Todo depende del grado de materialización que se realice del informe que la empresa solicitó a Deloitte –que incluye despidos- y que es la base de los ajustes que la empresa está realizando para poder renegociar su deuda con la banca. Y las perspectivas no son nada buenas hasta el momento.
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