El grupo COMbyCOM ha realizado el documento Cómo serán los empleos en 2037, en el que analiza el mercado laboral desde la perspectiva del impacto tecnológico. Se estima que seis de cada diez niños que inician el ciclo de primaria en la actualidad, trabajarán en actividades que hoy no existen. El dato roza la ciencia ficción hasta que se contrasta con los cambios experimentados en nuestro entorno en apenas una década: actividades hoy tan comunes como Community manager, blogger o desarrollador de apps no existían entonces.
Con estos antecendentes, la afimación de que en 2025 el 40% de los trabajadores serán completamente nuevos cobra una clara verosimilitud. El Foro Económico Mundial señala que este ritmo de cambio se acelera gracias a los rápidos avances que se registran en campos como la robótica, la inteligencia artificial y los materiales avanzados.
El ascendente que la tecnología tiene sobre el mercado laboral adquiere una alta visibilidad desde comienzos del siglo XXI. En los últimos años de la década de 1990 hacen su aparición los primeros portales de empleo (como Monster e Infojobs), que durante todo ese período en el que el uso de las redes sociales para tantear el mercado laboral era testimonial. Sin embargo, a partir de 2010, se observa una nueva tendencia: el crecimiento del uso de las RRSS para búsqueda de empleo en 2011 fue del 56% en 2014, el 77% y en 2016 alcanzó el 84%. “Actualmente, las redes preferidas para buscar empleo son LinkedIn, con un 96%, Facebook, con un 66%, y Twitter, un 53%”, señala Ricardo Ramírez, socio de COMbyCOM.
El impacto de la tecnología también tiene su reflejo en el marco laboral en el que se desarrollan los nuevos trabajos. Según los expertos, buena parte del desarrollo de la economía colaborativa se están realizando a través de plataformas digitales que reflejan una nueva realidad laboral. “Lo cierto es que los denominados colaboradores de ciertas plataformas no dejan de ser trabajadores dependientes y subordinados… además, estos colaboradores no tienen control alguno sobre el valor o precio de su servicio, que se fija de forma unilateral por la plataforma tecnológica que, a su vez, ejerce una fiscalización del desempeño de sus colaboradores a través de las valoraciones de los propios clientes, pudiendo expulsar y bloquear el acceso de estos colaboradores a la plataforma. Este andamiaje recuerda mucho al ejercicio del poder disciplinario de cualquier empresa”, explicada Fabián Valero, abogado especializado en Derecho Laboral.
Para realizar el documento se han analizado tanto las modificaciones experimentadas en los últimos diez años como las tendencias que se asocian al desarrollo de la economía colaborativa o a la entrada de la inteligencia artificial y de la robótica en los procesos productivos. El estudio se integra dentro del proyecto En tiempo de dragones que relaciona el proceso comunicativo con aspectos de nuestra sociedad como el trabajo, la salud, la educación, la tecnología…
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