En la Tierra a lunes, diciembre 23, 2024

El implante de ventrículos artificiales superará al trasplante cardiaco en los próximos años

Las asistencias ventriculares (implante de ventrículos artificiales) de larga duración constituyen un ámbito prometedor en el manejo de la insuficiencia cardiaca (IC) en España, que en la actualidad se encuentra en plena fase de crecimiento. Con más de una década de trayectoria a nivel mundial y unos ocho años en nuestro país, esta terapia constituye una oportunidad para los pacientes con IC avanzada en estado terminal.

Es uno de los temas destacados de la Reunión de la Sección de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que se celebra estos días en Valladolid. Tal y como explica el Dr. Javier Segovia, presidente de la citada sección, el uso de las asistencias ventriculares de larga duración tiene dos indicaciones fundamentales: una, como puente al trasplante cardiaco, en pacientes que ya están en lista de espera para trasplante y que, por el avance de la enfermedad requieren esta medida para sobrevivir hasta el trasplante; por otro lado, se utilizan como terapia permanente en pacientes con IC terminal en personas que tienen contraindicación al trasplante cardiaco.

“Son asistencias con las que los pacientes viven años de forma autónoma, y se prevé que su uso en España vaya aumentado de forma considerable en los próximos años. Se implantan en hospitales especializados, que coinciden en gran parte con los centros de trasplante cardiaco”, comenta el Dr. Segovia. Si bien los números todavía son modestos, inferiores a un centenar al año (mientras que se realizan unos 280 trasplantes cardiacos anuales), “es previsible que en los próximos años se iguale o supere el número de trasplantes, como ya ha ocurrido en Estados Unidos desde hace dos años”, puntualiza el especialista.

Pacientes que hasta hace poco carecían de alternativas, pues por su edad o enfermedades asociadas no podían acceder al trasplante, serán los potenciales beneficiarios. En la actualidad, determinados pacientes con edades hasta los 70 o más años, podrán acceder a esta terapia, por lo que es muy probable que el uso de ventrículos artificiales vaya en progresivo aumento. 

Asistencias por shock cardiogénico

Por su parte, las asistencias ventriculares de corta duración son ya utilizadas en un gran número de hospitales de tercer nivel en nuestro país. Se implantan en las unidades de cuidados intensivos en pacientes que están en shock cardiogénico, que es la forma más grave de fracaso del corazón, ya que de no ser así el paciente fallece en poco tiempo. Como matiza el Dr. Segovia, “lo fundamental es organizar una red de asistencia a estos pacientes en shock cardiogénico, de forma que exista una rápida comunicación de los hospitales de primer y segundo nivel con su centro de referencia, para que se puedan aplicar de forma precoz las asistencias ventriculares. Igual que ha ocurrido con el Código Infarto, el objetivo es detectar los pacientes con shock refractario y derivarlos a los centros especializados en asistencias ventriculares, antes de que fracase el funcionamiento de todos los órganos por falta de riego sanguíneo”.

 

Alrededor de un 6% de los infartos agudos de miocardio evoluciona hacia el shock cardiogénico, pero esa solo es una de las causas. En conjunto, se estima que en España se dan entre 2.000 y 4.000 casos de shock al año. De ellos, un subgrupo de pacientes (los más jóvenes y sin comorbilidades) son los susceptibles al tratamiento con asistencias ventriculares. Durante la reunión de este año, todos los centros que implantan asistencias ventriculares de larga duración presentarán sus resultados. Mediante la puesta en común de la experiencia de cada centro se busca el avance general, así como contribuir a una mayor evidencia científica de la técnica.

 

Las diversas caras de la IC

El presidente de la Sección de IC de la SEC hace gran hincapié en la necesidad de tener en cuenta el gran reto asistencial que implica esta patología, la única en cardiología cuya prevalencia sigue en aumento. “Otras enfermedades cardiovasculares van disminuyendo gracias a que estamos logrando tratar sus causas, pero la IC es la forma terminal de todas las cardiopatías. Además, es una enfermedad de la edad avanzada, y nuestra sociedad envejece progresivamente”, puntualiza. Por tanto, durante la reunión se celebran sesiones destinadas a jóvenes cardiólogos, así como a personal de enfermería especializado, ya que “es muy importante atraer a especialistas jóvenes a este campo y cubrir todos los aspectos de esta patología”. Como recuerda el Dr. Segovia, “no debemos descuidar el hecho de que la IC abarca desde situaciones terminales y agudas a situaciones crónicas o que pueden ser manejadas de forma ambulatoria. Es completamente imprescindible el abordaje multidisciplinar de esta patología para conseguir reducir su tremendo impacto”.

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