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Son muchas las frases y juicios comunes entre la mujer de 60 y la de 30, así como pensamientos que (nos) generan tensión e impiden avanzar hacia aquello que queremos y creemos que puede ser posible.
Hemos crecido en un molde en el que parece que es necesario encajar como mujer, como madre, como amiga, como tía, como pareja, como emprendedora, como directiva… parece que para cada una de estas etiquetas hay un molde, y tener varias etiquetas, pues hace que tengamos varios moldes.
Cada molde va lleno de juicios que van haciendo que a cada pensamiento vayamos actuando de forma que podamos entrar en el molde. A veces entramos a la fuerza, pues no somos conscientes que estos pensamientos, son eso, pensamientos, que podemos transformar y moldear.
Por no fallar, por cumplir lo que se espera de nosotras, por que se sientan orgullosos…, supone una lucha interna por cumplir entre aquellos moldes que nos ponen, y aquel que queremos construir para nosotras, para nuestra vida y nuestra forma de ver el mundo.
Salir de este modelo a veces es difícil y, muchas veces, da miedo salirse de él, pues nuestros juicios internos luchan para no dejar movernos, nos boicotean y nos dicen que mejor como estamos, que no hay mucho que explorar, que ya está todo creado y pensado… ¡Nos atrapan y, en ocasiones, nos hace daño!
Estos pensamientos nos impiden sentirnos libres en nuestra forma de pensar, de actuar, de hacer aquello que queremos, aquello que soñamos o visionamos, y a menudo, compartir esta forma de pensar, de ver el mundo, supone romper con lo establecido y, de ese modo, construir, cada una, su molde propio.
Reconocer que estos juicios existen, aceptar que están ahí, lo que se acepta se transforma, lo que se resiste, persiste.
Cada una tenemos los nuestros, y casi todas los tenemos. Aceptar que cada una cargamos con los nuestros, y reconocer los juicios ajenos, aceptando que también están ahí, puede sernos de gran ayuda puesto q solo podemos transformar aquello que aceptamos.
Desde el coaching se reconocen estos juicos y moldes que nos limitan, se abordan los miedos como parte natural de los procesos, así como lo importante de creer en nosotras mismas y en aquello que queremos, que visionamos, para poder construirlo tal y como queremos. Desde el coaching aprendemos aceptar y legitimar el molde propio de cada uno, ni mejor ni peor. El suyo propio.
Seguiremos informando…