En la Tierra a viernes, noviembre 22, 2024

La comida líquida más ecológica y eficiente jamás creada

En la búsqueda de un estilo de vida más sano, la sociedad ha comenzado a reconocer que la industria alimentaria se encuentra en un estado de desesperación. Los ciudadanos están preocupados por la cantidad de azúcar, sal, sabores artificiales, OMG, aceites de palma y demás ingredientes presentes en su comida. Ante la gravedad de tal situación, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) ha anunciado recientemente el inicio del trabajo con los representantes de la industria alimentaria responsables de la mejora en la composición de los alimentos, incluyendo el reemplazo de grasas comúnmente usadas por aquellas de origen más saludable.

Pero nuestros hábitos alimentarios están también lejos de poder considerarse saludables y moderados. El ajetreado ritmo de vida actual no nos permite disponer de tiempo para pensar en preparar comida, y en su lugar recurrimos a aquella que no precisa demasiada elaboración. Y ello viene acompañado de tremendos costes sociales. Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 65% de la población española padece sobrepeso, incluso los niños. De hecho, España es uno de los países europeos con mayor índice de obesidad infantil. La poca presencia de hábitos de alimentación saludables entre la sociedad y el paso atrás respecto a la famosa dieta mediterránea ha afectado a todas las generaciones.

A pesar de que los hábitos alimentarios están cambiando lentamente, comer bien va más allá de simplemente optar por frutas y verduras: los consumidores se interesan ahora por los alimentos producidos de forma respetuosa con el medio ambiente. De acuerdo con un reciente informe del Ministerio de Agricultura, en los últimos seis años los hogares españoles han acentuado el cuidado de su salud a través de la alimentación, sin por ello renunciar a factores como la practicidad.

Los consumidores se han vuelto más conscientes y están más preocupados no sólo por la calidad de los alimentos, sino también por el carácter sostenible de su producción. Sin embargo, adquirir comida producida de forma sana y responsable supone aún un reto. Desde confusas etiquetas y largas listas de complejos ingredientes a la falta de una regulación gubernamental, discernir los alimentos que son realmente beneficiosos para nosotros y nuestro entorno puede resultar una ardua tarea.

La calidad de la comida que consumimos, incluso aquella que parece saludable, no es tan elevada como creemos. Hoy en día, las frutas y las verduras son cultivadas de forma hidropónica, lo que significa que éstas no crecen en la tierra. Los tomates que compramos en la mayoría de supermercados tienen buen aspecto, pero al mismo tiempo un problema: resultan insípidos e inodoros. Crecen en grandes invernaderos, con lo que evitan cualquier contacto con la tierra y algunas veces hasta con el sol.

Además, todos los nutrientes, los fertilizantes y el agua necesaria son suministrados a través de tuberías en lugar del propio entorno natural. El conocimiento de técnicas de producción como éstas unido al descontento respecto a las propiedades de los productos han provocado que los consumidores se preocupen cada vez más por lo que comen y cómo lo hacen.

 

Por suerte, la emprendeduría social prospera en la economía moderna ayudando a resolver los problemas medioambientales más importantes a escala mundial mediante soluciones innovadoras. Las compañías de comida y bebidas han aceptado el reto de involucrarse en prácticas de producción de alimentos sostenibles. Muchas de estas empresas están a la vanguardia de la investigación sobre los procesos de producción agrícola para obtener comida y bebidas de una forma que preserve los recursos naturales.

Algunas compañías apuestan ‘por el verde’ para reducir el daño ambiental, pero también para hacerse con el apoyo del consumidor. Otras, por el contrario, han basado la esencia de su marca en ofrecer productos de alta calidad que prioricen la salud de sus consumidores, de sus productores y del medio ambiente.

Una de estas compañías, una start-up checa fundada por Heaven Labs, ha dado con una nueva y más eficiente manera de alimentarse optimizando la nutrición y minimizando el coste, el esfuerzo y el tiempo. La empresa tuvo un gran éxito en su primer año, tras el cual consiguió una facturación de un millón de euros y sigue creciendo rápidamente en España. Heaven Labs unió ciencia e ingeniería inteligente para producir MANA, una bebida para reemplazar las comidas que, en teoría, podría dejar obsoletos los alimentos sólidos.

Supuestamente, cada botella satisface una quinta parte de las necesidades diarias de vitaminas y minerales esenciales, y es 100% natural. Con un coste de 1,60€ por comida, el producto podría representar un gran ahorro para algunas personas, por no mencionar que el cuerpo recibiría todos los nutrientes necesarios sin exceder la cantidad requerida de calorías. Además, puede conservarse hasta un año sin refrigerar mientras cerrada. Sus propietarios reivindican que MANA “es la comida líquida más ecológica y eficiente jamás creada”, ya que su elaboración es a base de proteínas de origen vegetal, carbohidratos y grasas, entre las que se incluye el aceite de alga (originariamente destinado a proveer la marina estadounidense de una fuente de biocombustible).

Para producir MANA, Heaven Labs ha estado utilizando desde el principio un 90% de energía limpia (solar, hidráulica y eólica) y planea alcanzar el 100% en 2018. Y animan también a sus socios europeos a hacer lo mismo a pesar de que, como de costumbre, el coste del cambio se convierte en un obstáculo para muchos por positivo y económicamente eficiente que pueda resultar a largo plazo.

A diferencia de sus competidores, la transparencia siempre ha sido una prioridad para Heaven Labs. Todos los ingredientes, la información nutricional y los datos de las investigaciones son fácilmente accesibles para los consumidores. Aunque no es habitual que una compañía de alimentación y bebidas actúe así, ésta también responde a los comentarios e incluso a las críticas que recibe sobre sus productos. Sus creadores creen que el compromiso con las personas que están ‘hambrientas de información’ es lo que les hace ganar nuevos clientes, ya que aquellas que discuten el concepto de ‘una comida nutricionalmente completa en una botella’ sólo quieren ser escuchados y obtener respuestas.

Si bien es cierto que no existe una evidencia sobre que una comida en botella como MANA pueda ser una solución a nuestros problemas de obesidad y sostenibilidad, sí que lo es que es una muestra de que el mundo está cambiando y que nuestra percepción de las cosas debe evolucionar con ello. Ya no podemos seguir permitiéndonos elaborar toneladas de alimentos con calorías vacías sólo para llenar el estómago y sí deberíamos pensar en soluciones inteligentes y beneficiosas para nosotros y el medio ambiente.

 

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