Cigna ha presentado hoy los resultados de su informe “Cigna 360° Well-being – Global Mobile Individuals 2017”. Según los datos obtenidos, las personas que trabajan en el extranjero generalmente se perciben como empleados en peores condiciones que los nacionales, cuando se trata de su bienestar físico, social, familiar e incluso financiero. En términos generales, el índice de bienestar de los expatriados es del 61,5%, situándose a 1,8 puntos menos que los empleados nacionales. La brecha más significativa está en el aspecto relacionado con el bienestar familiar, que es un 9,4% más bajo.
Para el CEO de la división Mercados Internacionales de Cigna, Jason Sadler, “este informe muestra que los expatriados se preocupan especialmente por su salud y bienestar, así como por el de sus familias”. “Sin excepción, este colectivo pone especial interés en las consecuencias derivadas de enfermedades personales o familiares, una intranquilidad que se está agravando por la falta de cobertura médica de las empresas”.
Este informe, perteneciente al “Cigna 360 Wellbeing Survey” de 2017, examinó cinco tendencias que afectan a la salud, el bienestar y el sentido de seguridad de las personas en todo el mundo. En esta nueva investigación, Cigna también ha examinado la percepción de los empleados expatriados que viven en 20 países distintos, sobre aspectos como su salud, situación financiera, social, familiar y laboral.
El lado positivo de ser expatriado
La exposición internacional es un relevante atractivo. Entre los aspectos positivos de la expatriación, resalta la oportunidad de ganar dinero, mejorar las perspectivas profesionales, lograr tener un buen horario laboral y la creación de unas buenas relaciones con los compañeros de trabajo.
Pero también existe un lado malo
A pesar de que uno de los puntos más valorados de la expatriación es la posibilidad de enriquecerse, sólo un tercio de los encuestados considera su situación financiera como satisfactoria. La falta de tiempo para estar con la familia y la educación de los hijos son las preocupaciones que más se reflejan en este estudio, al mismo tiempo que demandan una red de apoyo familiar.
Si nos centramos en el ámbito de la salud, los expatriados suelen experimentar ansiedad y todos los encuestados están preocupados por este aspecto. Su principal inquietud es la atención médica disponible frente a enfermedades como el cáncer, posibles accidentes y dolencias mentales como la depresión. Asimismo, destaca que el 25% de los encuestados también planteó su intranquilidad por las enfermedades asociadas con el alcohol.
Preocupados por la seguridad y la soledad de la larga distancia
Los expatriados sienten que el mundo es menos seguro debido a la agitación política y otros factores macroeconómicos. Un tercio de los encuestados se siente menos seguro que hace 24 meses. Esta sensación de inseguridad fue mayor en Estados Unidos, según un 42% de los encuestados, y en África (31%). Gran parte de los encuestados también confiesan tener problemas para socializar fuera del trabajo: Una quinta parte se siente solo y aumenta hasta el 25% en los casos en que están solteros o viven solos.
Apoyo al expatriado
El CEO de la división Mercados Internacionales de Cigna, Jason Sadler, asegura que “hay una clara necesidad de que las empresas presten atención a la salud y el bienestar de sus empleados expatriados, ampliándolo a los momentos en que se encuentran fuera del horario laboral cuando los empleados interactúan con sus familias y la comunidad local”.
Una brecha significativa en la cobertura del seguro de salud puede contribuir a niveles elevados de preocupación. Pese a ello, los datos obtenidos dejan ver la falta de protección en el ámbito de la salud. Un 38% de los encuestados ha confesado que no tiene ningún beneficio médico ofrecido por su empresa y el 15% no tiene cobertura de salud. “En Cigna ponemos el foco en reconocer las necesidades específicas de los expatriados y ofrecer soluciones que mejoren su bienestar en todo el mundo”, añade Sadler.