Esta mañana, la Comisión Europea ha hecho balance y ha dado por finalizada la crisis vivida durante los últimos diez años. Sin embargo, hay un tema aún sin resolver en nuestro país: el desempleo juvenil que se sitúa en el 39%. Aunque el pasado mes de julio, 24.522 jóvenes encontraron trabajo en nuestro país, según el Ministerio de Empleo, parece que la situación sigue siendo alarmante al compararse con otros países europeos.
Aun así, los millenials se niegan a ser la ‘generación perdida’ y aprovechan el verano para encontrar trabajo y de esta forma ganar experiencia laboral. De hecho, el 82,2% de los jóvenes estudiantes menores de 25 años quiere trabajar esta época del año frente a los que prefieren aprender idiomas, viajar o disfrutar de las aficiones, según la encuesta realizada por el Observatorio de Innovación en el Empleo (OIE) de Adecco. Además, 6 de cada 10 encuestados afirma que las razones son conseguir experiencia laboral y ganar un dinero extra.
Aunque consciente de que en la mayoría de los casos este empleo es temporal, IMF Business School ha analizado cuáles son las principales ventajas para los jóvenes de trabajar los meses de julio, agosto y septiembre incluso, en algunos casos, sin remuneración económica:
Ampliar la ansiada experiencia laboral. Según la encuesta elaborada por Adecco, el 54,6% de los jóvenes que busca un puesto preferiría algo relacionado con su formación para ganar experiencia en su sector. Les ayuda a la hora de contar con experiencia laboral, requisito indispensable en cualquier currículo a la hora de buscar empleo. Estos trabajos temporales mientras están formándose les ofrecen habilidades profesionales, que los posicionarán un paso por delante de aquellos candidatos recién licenciados sin experiencia previa. Además, 1 de cada 4 personas que hace prácticas en una empresa acaba siendo contratada o encuentra trabajo antes de terminarlas, según la consultora de recursos humanos Nexian.
Conocer el mercado laboral. Adentrarse en el mundo del trabajo más allá del marco teórico. Los jóvenes pueden enfrentarse y formar parte de situaciones reales ante las cuales deben tomar decisiones y generar planes de acción. Además, desde la escuela confían en que es una oportunidad idónea para evaluar si el trabajo se adecua a sus necesidades e intereses reales. Sin olvidar el factor de networking que desarrolla el trabajador dentro de la propia empresa.
Poner en práctica lo aprendido. Es el momento de aplicar lo aprendido en el aula y desarrollar las competencias de cada puesto en cuestión más allá de lo teórico. No solo eso, es una experiencia que ayudará al joven a aprender cosas nuevas para asimilar mejor los conocimientos el próximo año académico.
Para Carlos Martínez, presidente de IMF Business School, “las cifras de desempleo juvenil siguen siendo alarmantes. Por ese motivo, creemos que los trabajos temporales de verano son una gran oportunidad para los estudiantes de conocer e introducirse en el mundo laboral y ganar experiencia. Las practicas es en empresas son una gran forma de luchar contra el paro en los más jóvenes y conseguir que éstos se incorporen al mercado laboral. Acceder a las empresas y ser conscientes de las dificultades a las que se enfrentarán en su día a día, así como de las responsabilidades y satisfacciones que conlleva el trabajo es fundamental para el día de mañana para el estudiante”.
Para IMF Business School es imprescindible ofrecer a sus alumnos la oportunidad de establecer ese contacto con el mercado laboral y conocer las necesidades reales de la empresa. Por eso, desde la escuela se desarrollan comités de análisis de la situación del mercado laboral, donde las empresas más representativas de los diferentes sectores ponen de manifiesto dichas necesidades, lo que permite a la escuela diseñar programas adaptados a esas necesidades y abrir las puertas a sus alumnos a las más de 2000 empresas con las que tiene firmados acuerdos de cooperación educativa, en las que poder realizar prácticas laborales.