Científicos de la Universidad de Washington (Seattle, USA), Cambridge (UK), Stanford (USA) y del Trinity Translational Medicine Institute (Dublin, Ireland), junto con el autor principal C. J. Cambier, han publicado un estudio en la revista Internacional Immunity en el que afirman que han desbloqueado un elemento fundamental para entender cómo el sistema inmunológico en los pulmones consigue combatir la tuberculosis. Según este artículo, el pulmón contiene una población de células inmunes especializadas, conocidas como macrófagos alveolares, que son la primera respuesta a las infecciones bacterianas y que logran destruir en un 90% a la bacteria de la tuberculosis. Esta es la razón por la que sólo entre el 10 y 5% de la población que padece la enfermedad lo desarrolla en su forma activa.
El hallazgo de estos científicos permitirá abrir el camino hacia nuevos enfoques terapéuticos para curar la tuberculosis ante la creciente alarma producida por el aumento de la resistencia antibiótica de los microorganismos. Además, con estos resultados, los autores del estudio confían en identificar fármacos que permitan a estas células inmunes parar el camino de la infección, destruyendo a las micobacterias antes de que la enfermedad engañe al sistema inmunitario para que dañe nuestro propio tejido pulmonar y evitando así que se expanda la enfermedad a través de gotas de aerosol producidas en los episodios de tos.
Los científicos han demostrado que interrumpir esta estrategia bacteriana para prolongar la estancia de las micobacterias en los macrófagos residentes promueve la limpieza de la infección.
¿Cómo actúa la tuberculosis?
La tuberculosis es una de las 10 principales causas de muerte en el mundo. Afecta a una cuarta parte de la población mundial y causa la muerte de 5.000 personas cada día, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La parte positiva es que es curable y prevenible. Sólo el 5% de esta población desarrolla este trastorno en su forma activa dentro de los primeros 2 años.
La bacteria que causa la enfermedad es Mycobacterium tuberculosis. En cuanto la bacteria entra dentro del organismo a través de las vías respiratorias, provoca una reacción inflamatoria y es tragada por los macrófagos de los pulmones, una especie de aspiradoras celulares que absorben los patógenos.
Más tarde, los macrófagos y otras células inmunitarias se acumulan en la zona infectada y forman un granuloma, que confina la bacteria y, en condiciones normales, impide que se extienda. Este acto se llama infección latente. En situaciones de inmunodeficiencia, el bacilo es capaz de reactivarse y provocar la enfermedad.
A lo largo de un año, un enfermo tuberculoso puede infectar a unas 10 a 15 personas por contacto directo. Si no reciben el tratamiento adecuado, hasta dos terceras partes de los enfermos tuberculosos mueren.