Jose Antonio Llorente Herrero, Socio Fundador y Presidente de Llorente & Cuenca, analiza a través de una publicación en Linkedin la situación del periodismo y la democracia en tiempos de posverdad. Por su interés, reproducimos el artículo íntegro a continuación.
El director de El País, Antonio Caño, ha aportado un certero diagnóstico sobre las amenazas y múltiples oportunidades del periodismo en la sociedad poscrisis. Lo hizo en Lisboa, en la conmemoración del aniversario del diario portugués Público, en una charla con el director de este medio, David Dinis. La tesis de Caño es que el periodismo mantiene un gran futuro si se reencuentra con los lectores y sabe cambiar de modelo de negocio.
De entrada, reconoció que la prensa ha sufrido la misma crisis económica, de credibilidad y de valores que el resto de instituciones. A su juicio, el auge de las redes sociales ha venido a cubrir parte de ese vacío. Si antes los medios clásicos trabajaban en el silencio, ahora actúan en medio de ese creciente ruido ambiental, donde cada usuario empieza a convertirse en un atisbo de periódico. “Vivimos un retroceso de la razón y un auge del ‘periódico Yo’, el que se hace con las noticias que nos gustan y las opiniones con las que estamos de acuerdo. Es un entorno confortable en el que vive mucha gente”.
No deja de ser un contrasentido que la hipertransparencia de las redes coexista con las interesadas ilusiones ópticas de la posverdad. A mi juicio, es probable que haya cambiado la perspectiva con la que se debe ver y contar la realidad. Por eso estoy convencido de que el periodista va a seguir siendo decisivo para escoger lo relevante e interpretar lo que pasa en la calle, según el viejo enunciado machadiano.
Ahora bien, es probable que deba cambiar su relato y asumir que las audiencias dejaron de existir hace mucho. Han dejado paso a una comunidad de personas que comparten un territorio determinado donde dialogan e interactúan. De algún modo, ese periodista debería bajar de su tribuna e integrarse con sus comunidades. Su principal valor será el que siempre lo ha definido, su capacidad de contar historias que interesan.
Ahora, además, puede compartirlas, complementarlas y enriquecerlas con otros muchos relatos, tanto de los ciudadanos como de las empresas e incluso de las agencias de comunicación, en cuanto unos y otros participamos de ese storytelling coral del que la tecnología nos hace partícipes.
Hay quien considera que basta con sustituir el periodismo por un “relato” que crea una narración de los hechos a gusto del consumidor. Hoy, más que nunca, ante los peligros de la posverdad, del incorrecto uso de la tecnología o de la aparición de nuevos modelos de negocio opuestos a la calidad de la información, debemos seguir abogando por un periodismo de calidad.
Se celebra hoy el Día Internacional de la Democracia, y para este año el lema escogido por Naciones Unidas ha sido «Democracia y prevención de conflictos». Resume la necesidad de reforzar las instituciones democráticas para promover la paz y la estabilidad. Ese objetivo requiere de la figura, la credibilidad y la capacidad del periodista para dirimir disputas a través de la mediación y el diálogo. Por eso el periodismo es y seguirá siendo imprescindible para la convivencia en una sociedad libre y democrática.
José Antonio Llorente es Socio Fundador y Presidente de LLORENTE & CUENCA, consultoría de comunicación líder en el mundo de habla hispana y portuguesa, impulsora del “think tank” de comunicación Desarrollando ideas. José Antonio ha publicado recientemente El Octavo Sentido, ensayo sobre la relevancia de la comunicación en la sociedad del siglo XXI y es consejero de Human Age Institute.