En la actualidad se realizan más de 300 millones de cirugías al año en todo el mundo, y la mayor parte de ellas está asociada a su síntoma más frecuente: el dolor. Entre el 25 y el 50% de los pacientes que son intervenidos sufre dolor, de forma moderada o severa. Sin embargo, no todas las personas que son intervenidas tienen la misma probabilidad de sufrirlo ni lo hacen con la misma intensidad o el mismo periodo de tiempo.
Se estima que hasta el 60% de los pacientes con dolor postoperatorio lo sufre de forma persistente, pero, a pesar de su alta prevalencia, no se trata de un fenómeno inevitable y, al contrario de lo que se ha aceptado clásicamente, debe ser prevenido o atajado de forma decidida, rápida y precoz para evitar consecuencias negativas mayores.
Este es uno de los principales mensajes que se quiere subrayar en el Día Mundial contra el Dolor, promovido por la IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor) y que en España cuenta con la colaboración de la Sociedad Española del Dolor (SED).
El 2017 ha sido declarado como el Año Internacional contra el Dolor Postoperatorio Agudo y Crónico, “un tipo de dolor que tradicionalmente se veía como algo inevitable y que debía soportarse”, subraya el presidente de la SED, el Dr. Juan Antonio Micó, quien recuerda que la mayor parte de los pacientes postquirúrgicos “pueden y deben ser tratados para optimizar su función física y emocional lo antes posible”.
Un abordaje correcto de este tipo de dolor supondría, además, según los últimos estudios, un ahorro considerable para las arcas públicas de 60 billones de euros en productividad laboral, sobre todo en los casos crónicos, aquellos que persisten al menos tres meses tras la cirugía, aparecen en aproximadamente 1-2 de cada 10 pacientes quirúrgicos y son considerados intolerable tras una de cada cien intervenciones. Importantes estudios observacionales muestran que el 2.2% de los pacientes postoperatorios reportan dolor crónico postoperatorio intenso.
Cómo tratar el dolor
La Dra. Concepción Pérez, vocal de la Junta Directiva de la SED y de la Unidad de Dolor del Hospital de La Princesa (Madrid) asegura que si el dolor agudo postoperatorio “fuese adecuadamente abordado, las cifras de dolor crónico postcirugía se reducirían sensiblemente”. De ahí, añade, “la importancia de afrontar este problema desde el inicio, no cuando el dolor es crónico, siendo necesario situar la prevención y el adecuado tratamiento del dolor agudo como piedra angular para ganar la batalla al dolor crónico postcirugía”.
El avance en técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas y la analgesia controlada por el paciente y multimodal han facilitado la recuperación postoperatoria y mejorado el cuidado del paciente. En la actualidad existen medios técnicos y fármacos muy eficaces para el tratamiento del dolor agudo postoperatorio. Como indica el Dr. Alfonso Carregal, vocal de la Sociedad Española del Dolor y de la Unidad de Dolor del Complexo Hospitalario Universitario de Vigo, “si nos tomamos en serio este problema, prácticamente cualquier paciente podría tener un alivio adecuado del dolor postoperatorio”.
Según los expertos, esta analgesia perioperatoria debe ser pautada, multimodal (asociando tratamientos que potencien sus efectos analgésicos) y descendente (los primeros días es más potente y, conforme se va produciendo la recuperación del paciente, se reduce). De no hacerlo así, advierte la Dra. Concepción Pérez, “la incidencia de complicaciones durante el postoperatorio inmediato aumentará y la recuperación del paciente se retrasará”.
No todas las personas tienen la misma predisposición a sufrir dolor postoperatorio agudo y crónico. Los factores como la edad, el estado de salud, el estado mental, el preopetario, el sexo o el dolor en otras áreas influyen de forma determinante. Tal y como señala la Dra. Pérez, las mujeres jóvenes son más propensas a sufrir este tipo de dolor, por ejemplo.
En el campo del dolor infantil, la revisión de JA Rabbitts y cols, realizada este año sobre un total de cuatro trabajos, que incluye un total de 628 pacientes, estima que un 20% de los pacientes presentan dolor a los 12 meses de una cirugía. La intensidad del dolor prequirúrgico, la ansiedad de los niños y la capacidad de adaptación al dolor de los niños, junto con el nivel de catastrofismo de los padres, fueron los únicos factores prediceivos identificados.
Avances y problemas por resolver
En los últimos años se ha evidenciado un aumento de la sensibilización social e institucional sobre la importancia del abordaje del dolor, tanto agudo como crónico, y algunas Consejerías de Sanidad de distintas comunidades autónomas y el propio Ministerio de Sanidad han puesto en marcha diferentes iniciativas y planes estratégicos que abordan el dolor como un problema de primer nivel. Además, como reconoce el Dr. Juan Antonio Micó, “los pacientes cada vez son más conscientes de la necesidad de un abordaje del dolor por parte de los profesionales sanitarios de una manera transversal e integrada, coincidiendo plenamente con la visión de la SED”.
Sin embargo, es necesario, en opinión de la doctora Pérez, que el paciente reciba más formación para evitar que el miedo se imponga sobre un tratamiento adecuado y tenga como resultado la cronificación del mismo. Un paciente formado puede, además, dar lugar a un paciente empoderado con más capacidad de intervenir en su propia salud.
Además, a pesar de los progresos que se han realizado en los últimos años, “la llegada de los pacientes con dolor crónico a las Unidades de Dolor sigue siendo muy tardía, años después de comenzar el dolor”, confirma el presidente de la SED; esto tiene graves consecuencias, ya que “a mayor cronicidad, más dificultades de tratamiento”.
Por otro lado, el presidente de la SED, asegura que existen muchas diferencias geográficas y la dificultad de acceso a las Unidades de Dolor varía mucho entre diferentes comunidades, provincias e, incluso, entre diferentes hospitales de una misma ciudad.
Asociado a este problema, los expertos en dolor resaltan un importante déficit de formación en nuestro país en este ámbito. “No existe ni una especialidad específica ni un área de capacitación que permita una formación similar a todos los profesionales interesados en el abordaje del dolor y que garantice unos mínimos de conocimientos que evitarían las inequidades del sistema actual y tener más profesionales que pudiesen liderar Unidades de Dolor en España, que en este momento son claramente deficitarias”, afirma la Dra. Concepción Pérez, quien señala también la necesidad de una atención multidisciplinar al paciente con dolor y la humanización de su tratamiento, dos objetivos que requieren un gran esfuerzo en materia organizativa por parte de la gestión sanitaria.