La aprobación y publicación en la Reglamentación europea que incluye los edulcorantes bajos en o sin calorías es realizada por la Comisión Europea sobre la base del dictamen científico de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). El grupo de expertos de la EFSA sobre la seguridad de los edulcorantes es el Panel ANS (sobre aditivos alimentarios y fuentes de nutrientes añadidos a los alimentos), un panel independiente formado por miembros designados a partir de una excelencia científica comprobada.
A nivel mundial, esta responsabilidad recae en el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización Mundial de la Salud (JECFA y OMS, respectivamente). La autorización y las condiciones de uso de un edulcorante bajo en o sin calorías, como cualquier otro aditivo alimentario, están armonizadas a nivel de la Unión Europea (UE). Estos y otros aspectos están recogidos en la reciente actualización de la monografía “Edulcorantes bajos en calorías: sus funciones y beneficios”, elaborada por la Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA), cuyo contenido “está basado en la evidencia científica disponible” y ha sido desarrollada bajo la colaboración de un grupo de “científicos y médicos que han llevado a cabo una gran labor de investigación en las áreas de conocimiento de la toxicidad, la epidemiología, el apetito y la saciedad y el control de peso para los edulcorantes bajos en calorías”.
Según esta monografía, todos los edulcorantes bajos en o sin calorías utilizados actualmente en la elaboración de alimentos dentro de Europa (diecinueve en la actualidad y doce de ellos para bebidas) “han sido sometidos a rigurosas pruebas de seguridad”. La publicación destaca que “el proceso de regulación de los edulcorantes bajos en calorías es minucioso y la obtención de la aprobación de un nuevo edulcorante bajo en calorías es costoso en tiempo y recursos económicos, con estrictos procesos de aprobación que con frecuencia llevan entre 10 y 20 años”.
Según la publicación, “los edulcorantes bajos en calorías se usan en multitud de productos de alimentación y bebidas”, incluidos gelatinas, postres y derivados lácteos, yogures y leches fermentadas, néctares de frutas, refrescos, helados, caramelos, golosinas y chicles. “Asimismo, su uso es muy frecuente en los productos farmacéuticos, aumentando la palatabilidad de muchos medicamentos”.
Igualmente, la publicación destaca que “la mayoría de los estudios que investigan el papel de los edulcorantes bajos en calorías en el control de peso han demostrado que sustituir alimentos y bebidas en la alimentación diaria por versiones light o zero azúcares añadidos como parte de un programa de control calórico puede llevar a reducir la ingesta global de calorías”. Además, “los edulcorantes bajos en calorías ofrecen a los diabéticos más alternativas para disfrutar del sabor dulce sin aumentar la glucosa en sangre”.