Knorr ha celebrado la II Edición del Día Nacional de la Agricultura Sostenible, una iniciativa creada en el seno de su matriz (Unilever) que busca concienciar a la población sobre la importancia de mantener una alimentación saludable, pero también sostenible. En este sentido el consumidor valora cada día más que empresas como Knorr se preocupen por la calidad de sus productos y por conservar el medio ambiente, tal y como afirma Ana Palencia, Directora de Comunicación de Unilever España y Responsable Europea de RSC.
Además, iniciativas puestas en marcha como la de Knorr con su Programa de Agricultura Sostenible cobran cada día mayor importancia de cara al cuidado del medio ambiente. Las consecuencias negativas que ya provoca el cambio climático como, por ejemplo, la actual sequía se ven en parte amortiguadas por acciones como las llevadas a cabo por Knorr en el ámbito del regadío. Según apunta José Luis Gallego, periodista naturalista y divulgador medioambiental, “el uso eficiente del riego es un factor determinante y puede servirnos como buen ejemplo para marcar el camino hacia el que debe avanzar la agricultura sostenible”.
Hace tiempo que la población parece convencida de la necesidad de llevar una dieta saludable. No obstante para Juana Mª Morillas, Profesora de Nutrición de la Universidad Católica de Murcia, es necesario dar un paso más allá y concienciarles sobre la importancia de la mantener también una dieta creada en base a una producción sostenible. En este sentido Knorr desarrolla una estrategia integral que incluye todo el proceso desde el agricultor hasta la mesa y una revisión constante de la composición de sus productos para su enriquecimiento nutricional, ha explicado Diana Roig, responsable de Nutrición y Salud de Unilever España.
Con motivo de la celebración de este II Día Nacional de la Agricultura Sostenible Knorr también ha presentado un decálogo de la Dieta Sostenible, unas pautas con las que espera contribuir al fomento de una alimentación saludable entre los consumidores de todas las edades. El decálogo está formado por los siguientes puntos:
1. Incluye una amplia variedad de alimentos.
2. Equilibrada entre la ingesta y las necesidades energéticas.
3. Basada en tubérculos y granos integrales, legumbres; frutas y verduras cultivadas en el campo.
4. Con un consumo moderado de carne.
5. Con un consumo moderado de productos lácteos o alternativas (por ejemplo, sustitutos de la leche enriquecida y otros alimentos ricos en calcio y micronutrientes).
6. Con semillas y frutos secos sin sal.
7. Con cantidades moderadas de pescado, que proceda de orígenes certificados.
8. Consumo ocasional de alimentos altos en grasas saturadas, azúcar o sal y de bajo contenido en micronutrientes.
9. Con aceites y grasas insaturados.
10. Que priorice el agua como bebida habitual
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