Las resistencias a los antibióticos provocan cada año en Europa 26.000 muertes (unas 2.800 en España ), y provocan infecciones graves a más de cuatro millones de personas, y las previsiones son alarmantes si no se toman medidas urgentes. Sin nuevos antibióticos, en el año 2050 las infecciones podrían acabar con la vida de 10 millones de personas3, convirtiéndose en la primera causa de muerte en el planeta. La necesidad de nuevos antibióticos para combatir estas cepas bacterianas es una de las necesidades más urgentes en el terreno de la salud pública a nivel global y para ello trabaja la Alianza europea BEAM, que representa a 40 compañías biofarmacéuticas de Europa que innovan en el ámbito de la investigación de nuevos antibióticos.
Estas compañías cuentan con más de 100 productos en diferentes fases de investigación y desarrollo clínico para combatir la amenaza de los organismos multirresistentes. No sólo antibióticos, también incluyen enfoques innovadores, como fagos, productos disruptores de los biofilms y otros compuestos preventivos y dirigidos a proteger el microbioma humano. Todas ellas, como el resto de pequeñas y medianas empresas dedicadas a la investigación contra las resistencias bacterianas, son un motor clave en este campo, como ha destacado el posicionamiento de la Alianza BEAM, publicado recientemente para dar reconocimiento a esos esfuerzos y para resaltar el papel de las PYME en este terreno.
Domingo Gargallo-Viola, director científico de Abac Therapeutics y portavoz de la Alianza BEAM en España, ha recordado que en el corto plazo es fundamental mejorar y reducir el consumo de antibióticos disponibles; “es un desafío que debemos abordar, de forma coordinada y globalmente, todos los actores implicados: personal sanitario, veterinarios, instituciones hospitalarias, explotaciones ganaderas, administración, y por supuesto los ciudadanos, y en el que la formación y educación de los diferentes actores involucrados es un elemento clave”.
Además, para desarrollar nuevas alternativas terapéuticas, “es necesario vencer tres limitaciones comunes a las grandes empresas farmacéuticas y a muchas pequeñas biotecnológicas: Promover nuevas estrategias científicas disruptivas para superar el riesgo técnico y la falta de productividad de las últimas cinco décadas; aprobar nuevas directrices para impulsar el desarrollo y el registro de nuevos agentes antibacterianos enfocados a abordar las necesidades médicas no cubiertas; y acordar políticas de inversión e incentivos para financiar proyectos innovadores en las primeras etapas del descubrimiento”.
En este sentido, la Alianza BEAM ha presentado un documento de posicionamiento en el que se enumeran diez directrices sobre cómo se podría reactivar la investigación y desarrollo de nuevos
antibióticos y se propone un respaldo específico para la innovación que llevan a cabo las PYME en el ámbito de la resistencias antimicrobianas. La Alianza pide que los legisladores comprendan la naturaleza y las necesidades específicas de estas pequeñas empresas con el fin de diseñar mecanismos eficaces que les permitan avanzar en el desempeño de sus actividades.
Entre otras cosas, se proponen mecanismos para obtener precios e incentivos apropiados para garantizar el retorno de las inversiones, “teniendo en cuenta que el tratamiento de infecciones se limita como mucho a unas pocas semanas, y los productos nuevos están reservados para pacientes que no responden a terapias convencionales, explica Gargallo-Viola.
Por su parte, Marie Petit, coordinadora de la Alianza BEAM, ha afirmado que las PYME que trabajan en el desarrollo de nuevos antibióticos “son verdaderas pioneras. A pesar de que el área de las enfermedades infecciosas es un ecosistema en el que están muy desatendidas la financiación y la I+D, estas compañías luchan por marcar la diferencia para millones de pacientes y por idear enfoques innovadores. Ellas son la esperanza de las décadas venideras y es primordial que los legisladores y los países se aseguren de que sus políticas atienden las necesidades de estas PYME y de que ninguna de ellas se queda atrás”.
“Debido a la enorme plasticidad y capacidad adaptativa de las bacterias, estas están desarrollando resistencias a un ritmo más rápido que las medidas legislativas. Es sumamente importante reactivar la I+D en este campo mediante la obtención de datos concluyentes de vigilancia de las resistencias, fomentando el pensamiento innovador, impulsando la I+D y el refuerzo de los conocimientos científicos existentes”, añade por su parte Marc Gitzinger, vicepresidente de la Alianza BEAM.
Además, la Alianza reconoce los esfuerzos realizados a lo largo de 2017 por diversas agencias y entidades locales, nacionales e internacionales (como el Grupo Consultivo IACG de Naciones Unidas) para combatir las resistencias, aunque recuerda que el éxito a medio y largo plazo de estas iniciativas solo será posible si se integra en ellas la perspectiva de las empresas de pequeño y mediano tamaño que siguen centrando sus esfuerzos en la investigación de nuevas terapias antibacterianas.