Pasa desapercibo en la parrilla de un fin de semana marcada por el protagonismo de los programas matinales y sobre todo por los deportivos que acaparan casi toda la programación de la radio. Sin embargo, durante los sábados de 13 a 14 horas en la Cadena SER Nadie sabe nada. Tampoco sus presentadores Andreu Buenafuente y Berto Romero. Menos aún los oyentes o el público asistente a las grabaciones de un formato que viaja de Madrid a Barcelona dos veces al mes.
Semanalmente Buenafuente y Romero reúnen a nada menos que 588.000 oyentes, según los datos de la última oleada del Estudio General de Medios (EGM) que conocimos en diciembre. El espacio semanal Nadie sabe nada cuenta además con una importante repercusión en diferido siendo uno de los programas de la Cadena SER con más descargas de audios y podcast en las diferentes plataformas donde se alojan.
¡Bauuuuuaaaaah! ¡Ya es casi sábado! pic.twitter.com/IisjY4K0S6
— Nadie Sabe Nada (@NaideSabeNada) 12 de enero de 2018
Aunque tuvo etapas anteriores Nadie sabe nada comenzaba en la temporada 2015/2016 a emitirse de manera regular en su actual horario y con los resultados en la mano la audiencia ha respaldado sin duda el formato. 60 minutos donde Andreu Buenafuente y Berto Romero divagan sobre los detalles más mundanos del día al día y donde los oyentes mandan sin tapujos sus reflexiones más íntimas, esas que en muchas ocasiones nunca han compartido antes con el resto de sus amigos.
Nadie sabe nada pone voz a esos detalles que observamos habitualmente, pero que al ser tan insignificantes pocas veces los comentamos con el resto. Es esa sensación de que los asumimos como parte de la realidad sin preguntarnos el por qué o al menos no ocurre hasta que formatos como el de Buenafuente y Berto en la Cadena SER nos ofrecen la posibilidad de hacerlo. Además, es un planteamiento llevado a antena a través de emails o mensajes en redes sociales. La improvisación hace el resto en las respuestas a esas dudas (no) existenciales.
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