Joan Maria Piqué, jefe de Prensa de Puigdemont, está llevando a cabo una estrategia de comunicación que, si en algunas ocasiones le ha llevado a desvelar más de la cuenta de la estrategia política del expresident, en otras le ha llevado a rozar el ridículo. Así ha sucedido en la tertulia nocturna emitida por TV3, ‘Més 324’, donde Joan Maria Piqué tuvo incluso un pequeño ‘encontronazo’ con la periodista y profesora de la UOC Ana Sofía Cardenal.
La estrategia del jefe de prensa de Puigdemont ha sido desplazar el marco del debate diciendo que ya no se trata de una investidura, sino de “defender la democracia”. A esta afirmación, la profesora Cardenal le espetó que “qué clase de democracia” es la que carece de “autogobierno”. A Joan Maria Piqué, que no le pasó desapercibida el apunte, se defendió diciendo que tal y como la profesora lo apuntó parece “que no tenemos autogobierno por culpa nuestra”.
El tono subió de nivel cuando Cardenal contestó al jefe de prensa de Puigdemont que “la vida es dura”, fue entonces cuando Joan Maria Piqué casi pierde los nervios y señaló que esa afirmación “no la puedo aceptar”. “¿Sabe por qué llevo este lazo aquí? Porque hay gente en la cárcel. ¡No me diga que la vida es dura!”, apostilló Joan Maria Piqué.
Durante la tertulia, los presentes también quisieron saber cómo pretende Puigdemont dirigir los designios de Cataluña si se encuentra en Bruselas, a lo que Joan Maria Piqué dijo que “hay tanta distancia, o hasta un poco más, de las Canarias a Madrid, como de Barcelona a Bruselas, y a nadie se lo ocurre decir que las Canarias están dirigidas telemáticamente”, y esa es la fórmula que están estudiando los partidos independentistas para poder sacar adelante la investidura.
Sin embargo, ese es un discurso que ni el propio Puigdemont tiene claro. Según ha publicado e-noticias.es, miembros cercanos al expresident están convencidos de que miembros de su propio partido, el PDCat, mantienen conversaciones con Esquerra para solucionar el problema de la investidura eligiendo a un nuevo president. Son estas certezas las que podrían haber hecho que la ‘pillada’ a Toni Comín recibiendo mensajes de Puigdemont, hubiera sido en realidad buscada, como una forma de presionar a sus propias formaciones para aligerar el proceso de investidura, con Puigdemont como president.
La idea de elegir a otro candidato chocaría con lo declarado por miembros de JxCat, que han rechazado la idea de una investidura simbólica desvelada hace dos días por La Vanguardia, renunciando así al poder. Sin embargo, que desde ERC y el PDCat estén pensando en otro candidato para presidir la Generalitat no resulta descabellado si se atiende a lo dicho por el Gobierno. Soraya Sáenz de Santamaría ya ha dicho que la idea de la investidura simbólica es una “idea absurda”, y que si tratan de llevarla a cabo apelarán a la resolución del Tribunal Constitucional, que rechazó la investidura telemática.
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