Enrique de Diego.- El programa El Intermedio de José Miguel Monzón Navarro me ha censurado, en un ataque a la libertad de expresión, más grave aún en cuanto que tan lamentable práctica la han ejercitado quienes se llenan la boca denunciando la censura y presentándose como adalides de la libertad de expresión.
El 6 de febrero, la redactora de El Intermedio/La Sexta, Inmaculada Férez Ochando se puso en contacto conmigo, a través de correo electrónico, para proponerme que fuera entrevistado por uno de los colaboradores del programa, Manuel Burque. Dado que quedaron en citar mi libro “El triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada”, requisitoria contra la ideología de género, acepté someterme a una entrevista de dos horas de la que extractarían unos pocos minutos.
La grabación se suspendió en una ocasión por enfermedad de Manuel Burque, pero dado el interés que mostraban se terminó realizando el pasado 22 de febrero. El objetivo de esa entrevista no era otro, según su formato habitual, que ridiculizarme y tratar de dar una visión histriónica a unas ideas que comparten millones de españoles.
En la entrevista me expresé con claridad exponiendo que la ideología de género, y su plasmación en la Ley Integral de Violencia de Género, es un genocidio subvencionado, que ha dado lugar a un negocio de subvenciones (65.000 millones desde 2.014), que pretende la masacre de los varones heterosexuales y la extinción de la población, a lo que Manuel Burque añadió que al hacer descender la natalidad no se hace daño al Planeta.
El Intermedio me ha transmitido que no emitirá la entrevista, en lo que considero un ejercicio nauseabundo e inquisitorial de censura, que implica el añadido de una completa hipocresía. Es claramente una decisión personal y de la que es completamente responsable José Miguel Monzón Navarro. Se trata de una grave censura ideológica pues al no conseguir su objetivo de ridiculizarme no han estado dispuestos a que se conociera mi pensamiento, expresado en mi libro “El triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada”. En un gesto de sadismo totalitario, Manuel Burque ha intentado justificarse diciendo que la emisión “no era conveniente ni para el programa ni para mí”, tratando de hacerme compartir la decisión censora. Soy dueño de mis silencios y responsable de mis palabras: en toda mi trayectoria profesional de cuarenta años no he tenido una sola denuncia.
Quiero transmitir este hecho a la opinión pública española para que se conozca que José Miguel Monzón Navarro es un enemigo de la libertad de expresión o, al menos cuando las opiniones no coinciden con las suyas, que se presenta como un transgresor cuando no es más que un vulgar inquisidor, que afirma estar preocupado por la censura cuando el censor es él, que dice temer un recorte de las libertades y un retorno de la dictadura cuando el dictador es él.
Reafirmo mi convicción de que la libertad de expresión es la piedra angular de la democracia.